Diez consejos para sobrevivir a la crisis
Con la crisis llegan los nuevos hábitos de consumo: desde comprar por Internet hasta cambiar los electrodomésticos por modelos nuevos y más eficientes, hay varias herramientas para que el dinero rinda mejor
Alfredo Sainz LA NACION
Por temor a la crisis, Juliana Suasnavar está buscando recortar sus gastos. Una de las medidas para ajustar su presupuesto es reemplazar la visita semanal al Coto de Barrio Norte por una gran compra mensual a través del servicio Coto Digital. La cuenta que hace es que los nueve pesos que le cobra la cadena por el envío a domicilio se compensan largamente con lo que ahorra haciendo un pedido más planificado y en el que no hay lugar para las tentaciones ni compras impulsivas.
Comprar por Internet es precisamente una de las recomendaciones y consejos que dan economistas y consultores para los hogares argentinos que buscan algún tipo de ahorro sin cambiar drásticamente sus hábitos de consumo. La lista de sugerencias incluye desde una selección detallada de los descuentos que se pueden conseguir utilizando determinados medios de pago hasta desestacionalizar las compras, pasando por hacer valer el efectivo o invertir para ahorrar, como se puede hacer en la renovación de estufas y equipos de aire acondicionado.
Tiempo de descuentos
A medida que se profundiza la crisis, más empresas, comercios y marcas optan por ofrecer descuentos para mantener sus ventas y si es posible captar nuevos clientes, dejando en claro que hoy el poder pasó a manos de los consumidores. "Estamos viviendo una paradoja, en la que el consumidor a pesar de ver cómo se recorta su poder adquisitivo encuentra una fortaleza en su debilidad y le puede exigir más a la marca o el comercio que le quiere vender algo", explicó Guillermo D´Andrea, del área de Dirección Comercial del IAE, la Escuela de Negocios de la Universidad Austral.
Los supermercados y las cadenas de electrodomésticos lideran la ola de descuentos asociadas con las tarjetas de créditos y los bancos (que son los que en realidad asumen el mayor costo de estas actividades promocionales). Sin embargo, en el último tiempo la tendencia se fue extendiendo a otros rubros y cada vez son más las casas de deportes, jugueterías o peluquerías que trabajan con rebajas de entre 10 y 20% por el uso de un plástico en particular.
Atentos a la letra chica
Para alcanzar todos los beneficios de los descuentos y no llevarse una sorpresa cuando se recibe el resumen de la tarjeta de crédito, una de las claves para los consumidores es leer la letra chica de cada promoción. En este sentido, el punto por tener en cuenta son los topes que se aplican en las rebajas que existen con algunos medios de pago. Por ejemplo, un banco puede ofrecer un descuento del 20% en las compras de electrodomésticos o indumentaria realizadas con sus tarjetas de crédito, pero con un tope de 1000 pesos. Es decir, que si se hace una compra de $ 2000, el descuento que recibe el cliente no es de $ 400 sino de $ 200 por que el 20% de bonificación sólo se aplica sobre los primeros 1000 pesos. Para sortear este obstáculo, en algunas cadenas minoristas ofrecen la posibilidad de pactar la compra con dos tarjetas (por ejemplo, una MasterCard y una Visa) del banco que ofrece la promoción.
Invertir para ahorrar
Las fuertes subas en las tarifas de electricidad y gas hicieron que para los hogares de mayor consumo -que sufren aumentos que en algunos casos superan el 250%- renovar los artefactos del hogar se convierta en una inversión que se paga prácticamente sola con lo que se ahorra en cuatro o cinco boletas. En las distribuidoras aseguran que el ahorro puede llegar hasta al 30% de la factura, dependiendo de los años que se ganen con el recambio de un artefacto.
El ahorro potencial es de tal magnitud ya que de acuerdo al cuadro tarifario que se anunció a fines de 2008 a medida que se incrementa el consumo, el cliente puede pagar hasta casi cuatro veces más por kW de electricidad o metro cúbico de gas debido a la aplicación de cargos específicos que varían de acuerdo a la categoría en la que esté clasificado cada cliente.
No hay que fijarse sólo en el precio
A partir del nuevo cuadro tarifario, el ahorro en el consumo de energía que ofrece cada modelo pasó a ser un punto tan decisivo como el precio en la elección de un electrodoméstico, ya que para los hogares de alto consumo el gasto en la factura de electricidad o gas en los meses de mayor uso puede superar a lo que se pagó en la adquisición de un producto. En el caso de optar por una renovación de la heladera o el aire acondicionado el punto clave es analizar la recategorización obligatoria que rige para los equipos de acuerdo al consumo de energía. Según la actual normativa, los artefactos son clasificados con una etiqueta en la parte de atrás de cada equipo en la que figura una letra, que puede ir de la A -los más eficientes- a la G -los que más consumen-. Los fabricantes de artefactos de gas estudian aplicar el mismo modelo para sus productos.
Sin margen para la tentación
Cuando un cliente sale de un supermercado, en la mayoría de los casos termina llevándose productos que no había ido a buscar. De acuerdo con distintos estudios privados, más de la mitad de las compras que se hacen en las grandes cadenas son impulsivas, lo que redunda en un ticket mucho más elevado que el que se tenía calculado gastar.
Y los supermercados estimulan estas compras apelando a tácticas como colocar los productos perecederos en el fondo del local -obligando al cliente a recorrer los pasillos de artículos que no son tan indispensables- o dejando las golosinas y las gaseosas en la zona de cajas para tentar a la persona que espera para pasar su carrito.
Para no terminar llevándose más productos de los que se buscaban, una opción es realizar las compras por Internet, donde las estrategias comerciales para incentivar las compras impulsivas son menos efectivas.
En la actualidad, las cadenas Coto y Disco ofrecen este servicio a través de sus sitios, Cotodigital y Discovirtual, mientras que Le Shop es una cadena que opera 100% por Internet. En la lista de opciones para comprar a distancia también hay que incluir el servicio de venta telefónica Hola Jumbo.
Lo mismo, pero más barato
Otro ejemplo de comportamiento típico de crisis es el crecimiento de las marcas propias que ofrecen los supermercados.
Después de la experiencia de 2002, las grandes cadenas se dieron cuenta de que uno de los recursos para no volver a perder clientes a manos de los autoservicios y los almacenes es incrementar su oferta de productos de marca propia, que ofrecen como principal atractivo comercial un ahorro de entre 10 y 20 por ciento para el bolsillo de los consumidores.
En muchos casos para el cliente se trata de un ahorro genuino que no implica resignar calidad en el producto, ya que un importante porcentaje de las marcas propias de los supermercados son elaboradas por las empresas que también fabrican a los productos líderes.
El terreno que tienen para crecer las marcas propias en el mercado argentino además es enorme.
Hoy en el país su participación promedio, según la consultora CCR, es del nueve por ciento, mientras que en algunos países de Europa, como Alemania o Austria, supera el 40 por ciento.
Desestacionalizar las compras
Como producto de la caída en la demanda, las marcas se tornaron mucho más agresivas en materia de promociones y descuentos. Tradicionalmente, las rebajas por cambio de temporada en la Argentina eran mucho menos atractivas que las que se conseguían en Europa o Estados Unidos, pero con la crisis el panorama local está empezando a cambiar.
Las marcas de ropa no sólo adelantan sus liquidaciones sino que también compiten por ofrecer descuentos mayores, lo que abre una oportunidad más que interesante para los clientes que compran fuera de temporada.
"Como nunca antes, las liquidaciones este año están llegando más rápido. No empezó el frío y ya es posible encontrar liquidaciones de invierno, lo que da cuenta de la retracción en las ventas", explicó Susana Andrada, del Centro de Educación al Consumidor (CEC).
La desestacionalización de las compras también se puede aplicar a las salidas a comer afuera. Cada vez más restaurantes aplican descuentos que llegan hasta el 50% para atraer clientes los días de menos tráfico, como los lunes o los martes.
Búsqueda del tesoro
Más allá de que no cumplieron con el objetivo de reactivar el consumo, los planes oficiales de renovación de electrodomésticos que se anunciaron a fines de 2008 incluyen ofertas muy atractivas para la compra o canje de heladeras, cocinas o lavarropas, con descuentos de hasta el 30%. El problema para los consumidores es encontrar los artículos que forman parte de la promoción. A casi de 100 días de su lanzamiento, la mayoría de las cadenas de electrodomésticos y los supermercados no informan en sus promociones acerca de los planes acordados con el Gobierno, aunque si se cuenta con la suficiente paciencia y se agudiza la búsqueda es posible encontrar las ofertas.
Hacer valer el efectivo
La caída en las ventas trajo como consecuencia problemas de liquidez a comerciantes y proveedores. Por eso, contar con efectivo se convierte en una herramienta de negociación cada vez más relevante. Un ejemplo del poder renovado del cash es lo que sucede con los vinos y los autoservicios chinos. Cuando una bodega necesita hacer caja una de las pocas opciones que tiene es cerrar una operación de venta con algunos de los pooles de compra que reúne a los autoservicios chinos. Esto explica los precios que manejan mucho de los supermercados orientales en vinos. "Muchas bodegas lo que hacen es prefinanciarse con los chinos, que le anticipan efectivo previo a la vendimia y así obtienen una preferencia, con descuentos, para la compra de la producción", explica Miguel Angel Calvete, secretario de Casrech, la cámara que agrupa a los autoservicios chinos.
Manos a la obra
La desaceleración de la actividad de la construcción tornó más accesible en términos económicos el emprendimiento de pequeñas obras familiares. El costo de la mano de obra que era uno de los factores que más se había encarecido en los últimos años -entre 2006 y 2008 acumuló una suba de casi el 100%, según la medición del Indec- pasó a tener un peso menor en el presupuesto de una remodelación o refacción hogareña.
Para mejorar las finanzas
1) Apuntar a las rebajas
A medida que se profundiza el parate económico, los comercios amplían su gama de descuentos. Hay para todos los gustos.
2) No olvidarse de la letra chica
Muchas promociones con tarjeta tienen tope. Hay que estar atento para no sorprederse después.
3) Invertir para ahorrar
Modernizar los artefactos eléctricos puede ser la mejor arma para combatir la suba de tarifas.
4) No elegir siempre por precio
Las heladeras y aires acondicionados se categorizan en función de su consumo de energía.
5) Llenar el changuito online
El supermercado está plagado de tentaciones. Optar en lo posible por realizar la compra familiar por Internet.
6) Dejar de lado las marcas
Las marcas propias de los supermercados permiten ahorros de entre el 20% y el 30 por ciento.
7) Comprar fuera de estación
Ir a cenar a un restaurante un lunes o martes puede ser una buena idea, más con rebajas que llegan al 50%.
8) Rastrear las ofertas "K"
Los planes oficiales de renovación de electrodomésticos que anunció el Gobierno incluyen ofertas muy atractivas.
9) Si tiene efectivo es rey
La falta de liquidez hace que contar con efectivo se convierta en una herramienta de negociación cada vez más relevante.
10) Poner manos a la obra La menor actividad tornó bastante más accesible el emprendimiento de pequeñas obras familiares
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