ADELANTO
Exclusivo: el increíble dueño de Canal 9
Carlos Lorefice Lynch es el ignoto abogado que figura como accionista mayoritario. Lo acusan de ser el testaferro de González González. Fotos y documentos.
Por Federico Mayol | Marina Abiuso
Carlos Lorefice Lynch sorprendido por NOTICIAS en la puerta de su casa. Foto: Marcelo Escayola. [ Ver fotogalería ]
Le molestaba que pudieran tildarlo de “fantasma”, pero se movía bajo un estricto perfil bajo. Tal vez por eso, en la mañana del viernes 22, Carlos Eduardo Loréfice Lynch se entregó resignado a la foto: “Y, era cuestión de tiempo… ¿pero por qué acá en la puerta de mi casa?”, preguntó el abogado mientras le estrechaba la mano al fotógrafo de NOTICIAS delante del edificio de Montevideo al 1500, en el selecto barrio porteño de Recoleta.
No cumplió aún 40 años. Es morocho, coqueto y de baja estatura. Nunca había trabajado en medios. Alcanzó a tener un paso gris y sin sobresaltos por el estudio jurídico de su tío, Santiago Lynch, hasta que a principios del 2009 se convirtió en el extraño dueño del ultraoficialista Canal 9, en el que en breve podrían desembarcar Marcelo Tinelli y sus productos. El nivel de vida de Loréfice ascendió en poco tiempo y él quiso mantener ese cambio en las sombras. Pero todo tuvo un límite: frente a la ya consumada fotografía de Noticias que lo sacaba del anonimato, el abogado decidió filtrar otra foto suya en la página web del sitio Infobae, propiedad de Daniel Hadad, ex dueño de Canal 9. “Desmentimos categóricamente cualquier posibilidad de venta de acciones de Telarte SA –titular de la licencia del 9– al empresario Marcelo Tinelli”, le dijo Loréfice Lynch al portal de Hadad, que lo presentó como “presidente y accionista mayoritario de la emisora del barrio de Palermo”.
Sin embargo, Loréfice prefirió callar en relación con las insistentes versiones que dan como cierta la llegada a la emisora de los productos de Ideas del Sur. Pero, ¿quién es el dueño del canal que podría quedarse con el pase más disputado del verano?
“Fantasmita”. En los pasillos del canal apodaron “El fantasmita” a Loréfice Lynch. Como una chicana se ganó ese mote por parte de sus detractores porque a Remigio Ángel González González, el verdadero mandamás en los hechos de todo lo que ocurre en el 9, lo llaman “el fantasma”.
Este empresario mexicano, oriundo de Higueras, en el estado de Nuevo León, era hasta la aparición de Loréfice Lynch el accionista mayoritario de Telearte SA, que había comprado a Hadad a fines del 2006 por un monto cercano a los 30 millones de dólares. La nueva Ley de Servicio de Comunicación Audiovisual, sin embargo, lo puso en un apuro: el mexicano necesitaba desprenderse de la mayoría accionaria de la licenciataria de la emisora pues la norma le prohíbe a cualquier ciudadano extranjero tener más del 30% de las acciones de un medio. En ese esquema, la figura de Loréfice Lynch se tornó crucial.
El abogado criollo conoció al mexicano a mediados del 2007. Todavía trabajaba en el estudio homónimo de su tío, en el décimo piso de Cerrito al 800, a escasas cuadras del Obelisco porteño. El tío contaba con un dudoso antecedente en su legajo. Meses antes había sido filmado con una cámara oculta y denunciado por el diputado Héctor Recalde, que impulsaba un proyecto de ley para eliminar los tickets canasta y acusaba a Lynch –que representaba a la Cámara de Empresas de Servicios de Vales Alimentarios– por un supuesto pedido de coimas para frenar el proyecto.
Su sobrino, por el contrario, ni siquiera era un abogado reconocido en el ambiente. Vivía en un departamento en el barrio porteño de Belgrano, y en las oficinas de la calle Cerrito todavía recuerdan una de sus actividades más conocidas: además de recorrer los tribunales, representaba al buffet jurídico en las reuniones de consorcio del edificio. Ningún peso pesado.
Telearte era –aún es– cliente de ese estudio. Así conoció a González González. En seguida mudó sus pertenencias al canal de la calle Dorrego, y se encargó de esmerilar la figura de Carlos Gaustein, que había sido designado presidente del canal y contaba con una extensa trayectoria en los medios.
Loréfice selló su entrada formal como accionista mayoritario del canal entre principios del 2008 y mediados del 2009, en Miami, con una serie de movimientos societarios que lo convirtieron en el amo del canal.
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