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sábado, 30 de noviembre de 2013

Cuando la publicidad se transforma en un objeto terrorífico

Cuando la publicidad se transforma en un objeto terrorífico Ampliar Un artista en Berlín deshumaniza las figuras y obtiene imágenes fantasmagóricas. TIEMPO DE LECTURA: 1' 33'' NO. DE PALABRAS: 241 Redacción EL COMERCIO Sábado 30/11/2013 En la mayoría de ciudades del mundo es posible encontrar vallas publicitarias en la que los rostros de hermosas modelos u esbeltos caballeros predominan. Pero en Berlín surgió una tendencia para intervenir en estos carteles y dar un nuevo rostro a este tipo de publicidad. El precursor de estas transformaciones es Vermibus, quien recorre las calles donde hay estos anuncios, los recolecta y con algunos disolventes y unas cuantas brochas, retoca los rostros de las celebridades. Una vez transformados, los devuelve a las mamparas, a la vista de la gente que transita. Con el disolvente, Vermibus deshumaniza las figuras y obtiene imágenes fantasmagóricas, rostros propios de momias o un estilo entre tribal y vudú. Es irónico, porque para el artista, los rostros 'perfectos' de los carteles no son reales: han pasado también por otros cientos de retoques, hasta el punto en que se despersonalizan. Por otro lado, el trabajo de Vermibus parece retratar realmente el interior de la sociedad moderna, del mundo de la moda, las pasarelas y la publicidad. Cuando Vermibus regresa, los carteles a la calle, las imágenes han dejado de ser banales y triviales. Ahora tienen una identidad que atrae la atención de las personas, ya sea por su aspecto o por el mensaje que transmiten. De esta manera, las bellezas icónicas de las publicidades son vistas desde otra óptica, otorgando al transeúnte una connotación totalmente diferente.

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