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Por necesidad y por gusto, los mayores se van poniendo tecnos
En una sociedad que les exige hacer trámites en forma electrónica, utilizan la tecnología para estar conectados con los hijos y nietos. También la ven como una forma de ejercitar la mente. Y no confían del todo en Internet.
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El proyecto de reforma del Código Civil protege a los adultos más ancianos. Por ejemplo, las personas de avanzada edad, que son cada vez más por la expectativa de vida, tienen una gran dificultad: hoy no tienen protección en el Código. En este proyecto hay varias normas. Por ejemplo, la relación de las personas de avanzada edad con la tecnología. Hoy se cobran las jubilaciones en cajeros automáticos, hay muchísima tecnología que las personas no logran entender bien y ahora se protegerá también eso, al solicitar que se les dé mayor información.” Así habló hace unos días ante Tiempo Argentino el presidente de la Corte Suprema de la Nación, Ricardo Lorenzetti, sobre la importancia de que la tercera edad reciba suficiente información sobre los medios electrónicos, ya que la tecnología no siempre les agiliza los trámites.
“Primero hay que ocuparse de que exista acceso a la tecnología y ellos tengan familiaridad con los aparatos. En general, los adultos mayores están dispuestos a estudiar temas tecnológicos cuando se les presenta la ocasión, pero luego suele darles temor hacer trámites jubilatorios en máquinas, o comprar y vender objetos por Internet. Ahí necesitan que alguien los controle o los acompañe”, refuerza el doctor Moisés Schapira, director médico del Centro de Excelencia para Adultos Mayores y Rehabilitación Hirsch.
CONECTADA A LOS 80. Miryam Kita Kurganoff Gorban tiene 80 años y una lucidez envidiable. Nació en la localidad de Añatuya, Santiago del Estero, es vicepresidenta de la Federación Argentina de Graduados en Nutrición y también es vicepresidenta de Médicos del Mundo. Se define como “una militante de la seguridad y la soberanía alimentaria”, sobre lo cual ha escrito libros y ofrece charlas, y además subraya que hace sus presentaciones en computadora con el programa Power Point. Pero ese no es el único uso que hace Miryam de la tecnología: “La utilizo para comunicarme con el mundo. Mi padre tenía diez hermanos y mi madre, ocho. Yo ya tengo bisnietos, y mis primos también. A la nieta de uno de mis primos, que vive en Israel, se le ocurrió juntar a la familia. ¡No sabés el lío que tengo en el Facebook! Hemos encontrado primos en Francia, en los Estados Unidos. Esa es la magia de la tecnología. ¡Eso es lo valioso!”, celebra, y amplía: “Para mis temas de estudio, también es maravilloso. Busco en Google cosas como ‘acaparamiento de tierra en Guinea’ y me entero hasta del color de pelo de los involucrados. Es un maestro permanente.”
A pesar de estar tan conectada, Kurganoff Gorban reconoce que los trámites virtuales no son fáciles para su generación. “Prefiero hacerlos en persona. En Internet es más complejo”, advierte, y se explaya sobre sus contemporáneos: “Es una generación de mucha gente semi analfabeta. Además tenemos otro problema, que es el de la vista. Si te parás en un banco, vas a ver la cantidad de gente que va acompañada, por temor a equivocarse. Y también hay mucho temor a ser estafado.”
Los adultos mayores forman parte de una de las generaciones que transitan estos tiempos habiendo nacido antes del uso de Internet. Por eso, son muchos los interesados en acercarse a las nuevas tecnologías, pero no tienen claro por dónde empezar. El doctor Schapira asegura que, además de la educación o el acceso, se juega una cuestión de gustos: “La tecnología es como un electrodoméstico: hay gente que la maneja bien o le resulta amigable no sólo porque la conoce sino también porque le gusta, pero hay otros que le huyen porque tienen más confianza al trato interpersonal. Creo que hay que encontrar el modo de facilitarles el acceso y también hay que explicarles que es una herramienta pero no un modo de vida. Ayuda que los más jóvenes les enseñen a usar los nuevos aparatos.”
A Miryam el interés le llegó hace más de diez años. “Estuve dando clases en la Escuela de Nutrición de la Universidad de Buenos Aires. Tenía computadora en casa por mis hijos pero yo ni me acercaba. Mis alumnos me fueron haciendo entrar en el tema. Empezaron a enseñarme. Eso me motivó y después hice un cursito corto en Ciencias Económicas”, recuerda.
NAVEGANTE. Hernán Cárdenas vive en la localidad bonaerense de Mercedes. Tiene 79 años y trabajó como ginecólogo toda su carrera, hasta que se jubiló, diez años atrás. Antes de retirarse, cuando era vicepresidente de la Asociación Médica de Mercedes, notó que el personal tenía inconvenientes para cobrar porque se demoraba mucho la facturación. “Me di cuenta de que había un atraso informático y lo informé, mientras me ocupaba de encuestar a 140 médicos, de los cuales la mitad me contaba que tenía computadora pero que creía que sólo era para que jugaran sus hijos. Ahí empecé a ocuparme de difundir que eso podía servir para trabajar”, describe el hombre, con la avidez de un niño.
Es que Hernán siempre se interesó por la electrónica, y eso lo mantuvo actualizado sobre las novedades en materia tecnológica. Hoy en su casa no sólo convive con su esposa: además hay tres computadoras. “Mi mujer tiene una netbook, yo tengo una notebook, y compartimos una de escritorio. Me dedico a navegar entre tres y cuatro horas por día porque, si dejo la cabeza quieta, me pongo viejo”, sentencia. Sobre la necesidad de acercar a los adultos mayores a la tecnología, dice: “Se requiere enseñarle todo esto a la gente cuando llega a los 50 ó 60. Sería interesante que alguien enseñara a vivir la próxima edad, así como a los chicos se les explican las cuestiones que se vienen cuando está por llegar la adolescencia. El hastío lleva a negarse y eso es malo, deprime.”
No le llaman la atención las redes sociales: “Ni Facebook ni Twitter –dice–. No me atrae la relación humana si no está viva. Es muy frío para mí”; y muestra desinterés por las novedades en materia de teléfonos celulares. “Habitualmente no mando mensajes de texto. Lo hago sólo por urgencias porque prefiero el mail o la palabra oral.” Miryam coincide en ese punto: “Cuando compré mi celular, pedí que me dieran el más sencillo. Sólo lo uso para contestar y llamar. Hace poco aprendí a mandar mensajitos, pero envío muy pocos. Prefiero la voz humana, que tiene más valor.” <
“La tercera edad, concepto muy amplio”
El doctor Moisés Schapira aclara que “no es lo mismo una persona de 65 o 68 años que una de 90, por lo cual hablar de ‘personas de la tercera edad’ es tan amplio como hablar de ‘argentinos’, porque la cultura, la educación y el acceso a la información son distintos”. El especialista reconoce los obstáculos para los adultos mayores y cita un ejemplo: “Mi padre tiene 85 años, es médico, trabaja, usa mucho la computadora, pero no se anima a hacer trámites por Internet porque le da miedo no saber qué hacer si algo sale mal. Y muchas veces hubo que contarle cómo se manda el mensaje de texto.” En el anteproyecto de reforma del Código Civil que ya se estudia en una comisión bicameral del Congreso y que, a pedido del Poder Ejecutivo, estuvo a cargo del presidente de la Corte Ricardo Lorenzetti, junto con la ministra de la Corte Elena Highton de Nolasco y la jurista Aída Kemelmajer de Carlucci, hay algunos artículos que protegen los derechos de los adultos mayores.
Uno de ellos es el 1107, que indica que “si las partes se valen de técnicas de comunicación electrónica o similares para la celebración de un contrato de consumo a distancia, el proveedor debe informar al consumidor, además del contenido mínimo del contrato y la facultad de revocar, todos los datos necesarios para utilizar correctamente el medio elegido, para comprender los riesgos derivados de su empleo, y para tener absolutamente claro quién asume esos riesgos”.
En la ANSES
CAPACITACIÓN
La ANSES tiene, desde 2003, el Programa de Capacitación e Inserción Social para Jubilados y Pensionados, que incluye cursos sobre temas informáticos para los Centros de Jubilados. Información al
4015-8281/8253.
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