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domingo, 10 de enero de 2010

medios y politica

El programa que ataca a los medios críticos cuesta caro
"6,7,8", le sale al Estado medio millón de pesos por mes. Los sueldos, aparte. Las notas destacadas de la Maestría de Clarín
Los trabajos que se publican hoy fueron realizados por alumnos de la Maestría en Periodismo de Clarín y la Universidad de San Andrés. Dedicaron 3 meses completos del año de estudios a producir estos materiales, vinculados al medio ambiente, la salud y al momento político que vive el país.
La misión era restarle credibilidad a la encuesta de Poliarquía, la única que se había atrevido a pronosticar la derrota de Néstor Kirchner en las elecciones. Y habló Orlando Barone: "Yo diría que ahí hay un 20 por ciento de indecisos... el mismo diario que la publicó, La Nación, 72 horas antes de las elecciones, va a publicar un título de tapa que diga 'Inesperada recuperación de Kirchner-Scioli, ahora van al frente por 8 puntos'. Acuérdense de esto".Es hora de acordarse, porque el programa "6, 7, 8", un emprendimiento de la productora PPT de los hermanos Gvirtz, se ha convertido en un puñal de la Televisión Pública contra los medios, jueces independientes y dirigentes no oficialistas. Y le sale al Estado "20.000 pesos más IVA" por programa, según detalles del contrato que dio el jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, de quien depende el Sistema Nacional de Medios Públicos, ante un pedido de Acceso a la Información presentado por alumnos de la Maestría de Clarín.Como el programa se emite seis veces por semana, a un costo individual de 24.200 pesos, las 24 emisiones mensuales totalizan unos 580.800 pesos. Y sólo por la puesta en el aire, porque los sueldos de la conductora, María Julia Oliván, y de los panelistas Orlando Barone, Sandra Russo (ahora Carlos Barragán), Cabito, Carla Czudnowsky y Luciano Galende no fueron detallados. "Los mismos no obran en poder del Sistema Nacional de Medios, ya que estos no se encuentran en relación de dependencia del organismo", indicó el jefe de Gabinete.Consultado al respecto Diego Gvirtz, señaló: "Es un disparate que se diga que ganan 90 mil pesos por mes. Los sueldos son el 10 o 12 por ciento de esos montos. Buscar esa información es antiético y persecutorio. Nadie pregunta cuánto cobran Marcelo Bonelli, Gustavo Sylvestre o Joaquín Morales Solá", se quejó. Barone, en tanto, prefirió la ironía: "Decí que cobro un millón de pesos anuales", propuso, antes de cortar la comunicación.El panel tiene una particularidad: casi no presenta matices, todos suelen estar de acuerdo, en especial, si se trata de defender a la gestión K. Anteayer, Barone sentenció: "El gran poder mediático está a favor de la oposición". Y, hace una semana, sus compañeros defenestraron al jurado de notables que había designado la revista Noticias para elegir al peor periodista del año, deshonor que recayó en el propio Barone. El programa contestó con el informe "La Corporación Mediática versus Orlando Barone".La Ley de Medios, las posiciones del campo y las noticias políticas publicadas en Clarín figuran entre las obsesiones de la emisión, que este año continuará en pantalla como una de las principales propuestas del Canal 7. El titular de la emisora, el cineasta Tristán Bauer, sostiene que el programa es "un ejemplo" que "ayuda a tener una mirada crítica sobre los medios".El programa atravesó sobresaltos, por ejemplo el 16 de julio, cuando quiso tratar el tema del enriquecimiento de Néstor Kirchner. Aquella vez, fue sacado del aire repentinamente y el invitado especial, Ricardo Foster, filósofo y miembro del grupo de intelectuales K Carta Abierta, no pudo decir ni "mu". ¿Qué pasó? No se sabe, porque la Secretaría de Medios no respondió esta pregunta, contenida en otro pedido de Acceso a la Información. De todos modos, lo que se vio al aire fue elocuente.Barone alcanzó a decir: "Aunque no creo que mi opinión importe demasiado, no me gusta que la fortuna de los Kirchner haya crecido de esa manera, esos terrenos en El Calafate pudieron haberlos vendido cuando ya se hubieran retirado a ver los pájaros". Irrumpió en el aire el grito de una mujer, proveniente de una publicidad que mostraba a una araña hablando por teléfono y la asustaba. El programa fue al corte.De vuelta al piso, Oliván sorprendió: "Bueno, nos despedimos, que lástima que no pudimos conocer la opinión del licenciado Foster". Y Barone quiso aclarar: "No hubo ningún llamado desde El Calafate y vamos a seguir tratando el tema de la declaración patrimonial de los Kirchner mañana". El programa terminó y, al día siguiente, no se habló más del tema. Otro momento incómodo se produjo después de un informe que aseguraba que el sueldo mínimo alcanzado durante la gestión K equivalía a más kilos de pan que durante toda la etapa del retorno democrático. El periodista Martín Caparrós, invitado ese día, se dio cuenta enseguida que el cálculo estaba hecho en base al precio del pan difundido por el secretario de Comercio, Guillermo Moreno, y no en base a los precios reales de las panaderías, hasta cuatro veces superior. Los panelistas quedaron descolocados. No importó: todo lo que se dice allí termina coronado por el esmero de un grupo de aplaudidores. INFORME: HUGO ILLARO Y MARIA EUGENIA DUFFARD

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