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jueves, 31 de mayo de 2012


Cómo evitar que celulares y wi-fi perjudiquen la salud
Por Silvina Dell'Isola

Mientras las investigaciones continúan, los especialistas aconsejan racionalizar el uso de celulares y otras fuentes de radiación electromagnética. El mayor cuidado, con los chicos.

La tecnología y sus problemas

 30/05/12 - 18:19
De todos los tipos de contaminación, la electromagnética figura entre las más peligrosas. Por lo pronto, es traidora, no se ve, no se huele, es silenciosa y la ciencia está dando recién sus primeros pasos en la investigación de sus riesgos.

A modo de advertencia, el abogado ambientalista español Agustín Bocos aconseja: “No se olvide de apagar su wi-fi cuando se vaya a dormir”. ¿Será para tanto? Mientras la medicina avanza en sus estudios, “mesura” parece ser la palabra clave en este caso.

Desde su despacho en Valladolid, el jurista explica: “Está reconocido por la comunidad científica que las radiaciones electromagnéticas no ionizantes –celulares e internet- generan consecuencias en la salud de las personas cuyo alcance exacto todavía se ignora. Pero efectos biológicos producen, sobre todo si carecen de control sobre su potencia de emisión. Piense en lo que ha tardado la comunidad científica en pronunciarse sobre los efectos del tabaco y en lo nocivo que hoy sabemos que es”.

Pero en tanto no exista unanimidad, el especialista aconseja tomar medidas preventivas como apagar los equipos de noche, cuando no son necesarios, o preferir las instalaciones por cable, sobre todo por los más vulnerables: “Los niños son especialmente sensibles porque están desarrollando su sistema neurológico e inmunológico. También las embarazadas. Por lo que es recomendable reducir su exposición. Ya hay estudios que relacionan la hiperactividad, las cefaleas y el mal dormir con estas ondas”.

Bocos asegura que en Gran Bretaña, Francia y Suecia, el wi-fi ya se está retirando de los colegios, museos, bibliotecas y lugares públicos. “En España, la tecnología inalámbrica aún no está revisada por Sanidad ni por ningún organismo que nos pueda decir qué potencia emite y cómo se controla”, se lamenta. Y relata su propia lucha personal al respecto. Sucedió en la escuela a la que iban sus hijos en Valladolid, hace diez años: “Hubo cinco casos de leucemia. Cerca del colegio había un edificio plagado de antenas de telefonía en la terraza. Presentamos un escrito al Ayuntamiento explicando que había estudios que vinculaban la leucemia con la radiación electromagnética. Ahí empezó la batalla. Este tipo de contaminación se está incrementando a pasos de gigante en muy poco tiempo y no sabemos qué va a pasar. Existe un informe de acceso público, Bioiniciative, que resume más de 2.000 estudios internacionales que concluyen que la exposición  prolongada a estas radiaciones está vinculada con ciertos tumores”.

Riesgo potencial

El neurooncólogo Ignacio Casas Parera, miembro de la Sociedad Neurológica Argentina, detalla: “En mayo del año pasado, un grupo de trabajo integrado por 31 científicos de 14 países se reunió en Lyon, Francia, para determinar el riesgo potencial carcinógeno adquirido por la exposición a campos electromagnéticos de radiofrecuencia de telefonía inalámbrica. Como resultado, la clasificación de la Organización Mundial de la Salud y de la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer los incorporó como posiblemente carcinógenos para los humanos. Hasta que no se consigan conclusiones contundentes, la mejor prevención es la mesura: la intensidad y el tiempo de exposición serán claves. Porque estamos hablando de riesgos añadidos que casi todos corremos, pero muchas veces innecesariamente, ya que no es vital tener los equipos encendidos las 24 horas del día”.
En el caso de los celulares, Casas Parera profundiza: “No está demostrado que a una distancia mayor a 2,5 centímetros de nuestro cerebro impacten sobre nuestra salud o metabolismo celular, pero en algunas instrucciones señalan claramente guardar una distancia mínima de 2,2 centímetros entre el aparato y la oreja. De cualquier forma, seguro que descansaremos mejor con el teléfono apagado. El sueño es tan importante como comer o tener momentos de ocio”.
Descanso sin ondas
La doctora Stella Valiensi es neuróloga de los hospitales Británico e Italiano y está especializada en Medicina del Sueño. Sobre el descanso en particular y desde su experiencia, explica: “Cada vez se menciona más en los círculos médicos el hecho de que los celulares prendidos en la mesa de luz durante la noche –estímulo lumínico permanente-, aún silenciados, tienen relación con el sueño fraccionado, intensificación del insomnio, alteración del ritmo circadiano, del flujo sanguíneo cerebral y de la secreción de melatonina. Todo lo que esté prendido y emita luz (la tele prendida, la tele apagada pero con la luz de power encendida, despertadores con números lumínicos, la pequeña luz que emiten cargadores, equipos de audio o video, etc) es un estímulo que envía impulsos eléctricos al cerebro. Sus consecuencias son cefaleas, cansancio, fatiga, irritabilidad y, según relatos aislados con escaso aval científico por el momento, favorecería la fibromialgia”.

¿Qué hacer entonces, si parece imposible andar hoy desconectado del mundo? “Se están investigando tecnologías alternativas de telefonía móvil sin microondas en Japón y Estados Unidos –informa Bocos-. Mientras tanto, hay que utilizar los dispositivos con cautela. En cuanto al celular, por ejemplo, recomiendo usarlo con el altavoz o con dispositivos que eviten las radiaciones, porque si te lo pones en el cerebro eres tú la antena. La misma prevención se aplica para el wi-fi. Forman parte del progreso, sí. Pero al progreso se lo puede apagar de noche, ¿verdad?”.
Precauciones
Se estima que hay aproximadamente 5 mil millones de suscripciones a la telefonía en el mundo. Estudios recientes demostraron un incremento en el riesgo de padecer gliomas -tipo de tumor que se inicia en el cerebro o en la espina- y otros tumores en aquellos usuarios de telefonía celular catalogados como heavy users . Son los usuarios asiduos, aquellos que usaron sus móviles por más de 30 minutos diarios durante los últimos 10 años. En base a estos datos, la Sociedad Neurológica Argentina elaboró las siguientes recomendaciones:
* Limite el uso de teléfonos celulares a llamadas esenciales y procure que sean cortas, especialmente en menores de 20 años.
* Los chicos deben usar el teléfono celular sólo en casos de emergencia.
* Use un dispositivo que tenga auricular con tubo de aire.
* El cable del dispositivo manos libres funciona como antena: no sólo transmite la radiación de su teléfono sino también la de los dispositivos de su entorno. Si usa este sistema, espere a que la llamada se conecte antes de ponerse el auricular al oído.
* Evite colocar el teléfono celular en el cinturón o en el bolsillo cuando esté encendido. Los hombres que lo portan cerca de la ingle pueden tener un recuento espermático más bajo.
* Evite utilizar el celular en espacios cerrados de límites metálicos como vehículos o ascensores: allí debe utilizar más poder para establecer la conexión. También si tiene baja señal o si se encuentra en áreas rurales: el celular “debe trabajar más”.
* Compre teléfonos con baja tasa de absorción específica -SAR-. Así se define al modo de cuantificar la energía de radiofrecuencia absorbida por el cuerpo.
* Mantenga el telefóno apagado la mayor parte del tiempo y utilice mensajes de texto y teléfono de línea cada vez que sea posible.

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