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miércoles, 30 de noviembre de 2011

medios


MEDIOS Y COMUNICACION

Por la plena aplicación de la ley

Con la firma de su presidenta, Mónica Cohendoz, la Federación Argentina de Carreras de Comunicación Social (Fadeccos) reclama por la aplicación plena de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual.

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Por Mónica Cohendoz *

La Federación Argentina de Carreras de Comunicación Social (Fadeccos), asociación que nuclea a numerosas facultades, escuelas y carreras dictadas en las universidades argentinas, representando el sentir de miles de docentes, directivos, estudiantes, egresados e investigadores ligados a ellas, asume nuevamente la obligación académica y política de hacer pública su posición en reclamo de la plena aplicación de la Ley Nº 26.522 de Servicios de Comunicación Audiovisual.

La sanción de la Ley 26.522 –realizada luego de un amplio debate social y legislativo hace ya dos años– busca desmontar las estructuras concentradas de la propiedad de medios, en el entendimiento de que un alto índice de concentración de esa propiedad pone en riesgo el ejercicio concreto de la democracia y la necesaria pluralidad de voces en el concierto de la palabra pública.

Justamente por ese talante democratizador, los artículos 30 y 161 de esta normativa fueron cuestionados, al punto que una coalición del poder económico y un sector conservador del poder político logró suspender su aplicación mediante la interposición de medidas cautelares en distintas cámaras federales del país. Lo que han obtenido con ello es –en el primer caso– que se suspendan los trámites para la adjudicación de licencias para televisión por cable para las cooperativas de servicios públicos; y en el segundo, que suspenda para algunos grupos multimedia el plazo de adecuación a la nueva norma con relación al número máximo de licencias permitido.

Sobre este último punto, en junio de 2010, un grupo de organizaciones sociales, entre las que se cuentan la Asociación Mundial de Radios Comunitarias (Amarc), el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS), y además diversas unidades académicas de las universidades nacionales, sindicatos que reúnen a trabajadores de los medios de comunicación y organizaciones que nuclean a medios de comunicación comunitarios, presentaron conjuntamente ante la Corte Suprema de Justicia de la Nación (CSJN) un Amicus Curiae en el que se reunieron argumentos para apoyar la aplicación plena de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual. En esa línea, finalmente, el 15 de junio de 2010, la CSJN revocó unánimemente la medida cautelar dictada por la Justicia Federal en Mendoza que suspendía la ley, recomendando además que las causales de la suspensión fueran resueltas en un plazo “razonable”. Sin embargo, han pasado 17 meses desde entonces y el escenario no se ha modificado en este punto.

En razón de ello, Fadeccos enfatiza la urgencia de lograr una plena e irrestricta aplicación del articulado de la ley, lo cual incluye definidamente aquellos artículos que se encuentran en litigio, y además el conjunto de disposiciones que aún resta diseñar en orden a la reglamentación vigente desde el año 2010.

Finalmente, esta asociación convoca nuevamente a rechazar enfáticamente las propuestas referidas a la anulación –total o parcial– de esta ley que ensancha la participación social, así como también a la modificación de su espíritu democratizador o de las disposiciones que lo garantizan. En consecuencia, ratifica su compromiso de defender la plena vigencia de esta norma para enriquecerla desde las prácticas académicas que desarrollan sus facultades, escuelas y carreras asociadas, y solicita del Poder Judicial y de todas las instancias que corresponda las inmediatas medidas que viabilicen el pleno ejercicio de lo decidido legítimamente en el Congreso de la Nación.

* Presidenta de Fadeccos.

MEDIOS Y COMUNICACION

La comunicación en sintonía acuífera

Sandra Massoni invita a reflexionar sobre la comunicación en tanto acción y sentido compartido.

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Por Sandra Massoni *

Mi balance periodístico del 2011 ubica del lado de los logros a algunos de los debates sobre los medios masivos de comunicación social: el de las agendas ocultas, el del periodismo militante, el de la patria zocalera. Los argentinos participamos de muchas formas en esta intrincada travesía nacional, pero juntos conquistamos otro lugar en el circuito de la producción, la circulación y el consumo de mensajes. Hemos configurado un sutil descentramiento.

Uno de los componentes más inspiradores de este recorrido es el darnos cuenta, como lectores de medios, de algunas de las operaciones del lenguaje sobre lo real. Como comunicadora siempre me interesó el espacio de la palabra y sus efectos, pero no en el registro de las significaciones transmitidas, sino en otro dominio, más fluido y que considero a la vez más imperioso: el de la comunicación en tanto acción y sentido compartido. Hemos experimentado que lo comunicacional genera resonancias: ciertas reverberancias colectivas que a veces nos resuenan en el cuerpo y nos sueltan la lengua, pero que también compone silencios como espacios socialmente cooperados. Se trata de un interés –como dice Noé Jitrik– por aquello que el lenguaje hace en otro lado, más acá y más allá de las metáforas de la dominación, incluso de las del habla y la representación.

Me explico: el debate sobre la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual nos ha hecho pensar, pero también nos ha hecho hablar y nos ha hecho hacer y sentir y volver a pensar sobre lo hablado. En torno de ese núcleo de discusión/acción los argentinos exploramos algunos de los dispositivos más usuales en la producción de noticias y lo hicimos de la mano de los especialistas, pero también en las redes sociales y en los bares y en las cenas con los amigos. Es esta una búsqueda que avanza en la vida cotidiana de la ciudadanía argentina desde hace apenas poco más de un año y que resulta enriquecedora en el marco de cualquier gobierno democrático. Ese tipo de análisis devela los múltiples intentos de la manipulación, enfoca, desmenuza y expone a los productos mediáticos a partir de exhibir sus argucias mediante la construcción y deconstrucción de sus operaciones. Desenmascara los ocultamientos, la mentira, el lobby, la pauta publicitaria, más allá de que fuera privada y empresaria u oficial.

Los argentinos somos hoy más duchos en medios y mensajes, pero también somos más duchos en este otro registro de la comunicación social que se sale de lo comunicativo –los productos de comunicación– y estamos avanzando del mismo modo sobre lo comunicacional como espacio y momento del encuentro de las diversidades socioculturales. Se trata de una consideración más heterogénea, vital, enriquecedora, que habilita en la comunicación masiva un análisis de cuál es la modalidad del vínculo sociocultural que el producto está propiciando. Que cualquier diario no es sólo un componente de la industria cultural, sino que a su vez está situado y puede ser analizado en múltiples dimensiones: la informativa, la interaccional, la ideológica, la del encuentro sociocultural.

Los consumidores sabemos que los medios trafican datos en alguna o en todas estas dimensiones y al hacerlo nos acompañan en nuestra aventura de computar el mundo cada día, nos empujan a narrarlo, nos alientan, nos incitan a alimentar una versión particular de la cuestión que está tratando el artículo o la entrevista y eso es lo que comunica en tanto nos conecta o nos desconecta con lo real a partir de nuestras acciones.

En esta dirección me gusta pensar que la comunicación es como el agua: gota y gota hace aguacero y río y mar y nube. Como el agua, cuando comunico hago crecer y entonces cambio. Transformo y me transformo. Les propongo por tanto pensar a la comunicación en sintonía acuífera, como un cauce que genera ambientes ecosistémicos a su paso.

* Directora de la Maestría en Comunicación Estratégica de la Universidad Nacional de Rosario.


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