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domingo, 26 de junio de 2011

cuando la tecnologia ayuda

Arabia Saudita

Las libertades se debaten en la Red

La campaña on line de una mujer en favor de la libertad de conducir automóviles puso de manifiesto el poder transformador de las redes sociales, pero también mostró sus limitaciones

Domingo 26 de junio de 2011 | Publicado en edición impresa

Neil MaCfarquhar
The New York Times
AL JOBAR, Arabia Saudita .- Cuando Manal al-Sharif publicó un video de ella misma violando la ley al conducir su camioneta negra por esta ciudad llana y caliente, clamando por una protesta colectiva, el gobierno respondió con severidad: la encarcelaron durante nueve días. Sin embargo, a diferencia otras veces, la censura oficial no sofocó el debate. Más bien, Internet rebosaba de vida en defensa de Al-Sharif, capitalizando el repunte de los medios sociales tras las insurrecciones en Túnez y Egipto. Twitter y Facebook se llenaron de denuncias contra los príncipes sauditas y sus clérigos, que se pronunciaron a favor de que fuera azotada, ajenos a las realidades de la vida para las mujeres en este país.
Más de 300 comentarios sobre el arresto de Al-Sharif aparecieron a los pocos días en Twitter, la mayoría en apoyo, destacó Abdulaziz al-Shalan, que lleva un registro de los mensajes de Twitter relacionados el reino. "¿Ustedes están acusando a una mujer de ser pecadora porque fue a la cárcel por conducir? ¿Qué tipo de religión haría eso?", escribió una mujer en Yedda, sobre el Mar Rojo.
Todo parece indicar que los medios sociales que contribuyeron a impulsar protestas a lo largo del mundo árabe están hechos a medida para Arabia Saudita, donde las reuniones públicas son ilegales y a las mujeres se les prohíbe estrictamente mezclarse con hombres que no estén emparentados, al tiempo que la población rara vez socializa fuera de su familia. Prácticamente cualquier tema que contradiga la política oficial de los sauditas aparece en la Red, incluido el estatus de prisioneros detenidos sin juicio o un llamado para boicotear las elecciones municipales programadas para septiembre.
Louai Koufia, entusiasta de Twitter, se quejó: "¡Los sauditas no pueden salir a manifestarse, así que envían tweets!" Essam al-Zamel, quien contribuyó a lanzar el boicot contra las elecciones municipales, ironiza al afirmar que no puede reunir a 30 personas en una sala, pero que puede llegar a más de 22.000 de manera instantánea vía Twitter.
Pero el gobierno sigue a la gente vaya donde vaya. Después de que los sauditas abarrotaran Twitter, algunos activistas notaron una ola de nuevos usuarios sin fotografías, que se describían en términos patrióticos y atacaban a los detractores del gobierno. Como la imagen por default en Twitter es un huevo, se ganaron el mote de ( Numeral ) huevos sauditas. "Mi propósito en la vida es ser un vigilante y proteger mi religión y mi Estado", se leía en el perfil de uno de estos usuarios.
Abdulaziz Al Gasim, abogado y activista de Riad, cree que estos usuarios trabajan para el gobierno, ya que cuando lo atacaron a él tenían información muy personal. "¡Ah, este es un huevo famoso!", dijo mientras estudiaba su cuenta y señalaba cómo se intenta provocar pugnas entre facciones.
Antes, los detractores del gobierno se mostraban nerviosos respecto de la idea de buscar aliados, ya que nunca estaban seguros de a quién podían acercarse. Sin embargo, la combinación de opiniones audaces en los foros de Internet y la vigilancia sobre los objetivos de los "huevos" ha expandido los contactos entre los activistas de todo el país. Y si bien hasta no hace mucho los medios sociales eran un terreno casi exclusivo de la élite liberal, los activistas sauditas destacan que ahora se han vuelto más democráticos.
Los conservadores religiosos también se actualizan. Ya pasaron los tiempos en que emitieron una fatwa, o decreto, por el cual las mujeres debían evitar cosas como las carcajadas en inglés, por la sola idea de que una mujer riendo pudiera provocar a extraños de sexo masculino. Dos conservadores sauditas lanzaron un canal especial enYouTube, CH905, para poner de relieve la obra de los clérigos más prominentes en el movimiento tradicionalista del "sahwa", o wahabismo.
Los sauditas que siguen de cerca las redes sociales dicen que las corrientes cruzadas, particularmente en Twitter, han tenido un efecto moderador. Las figuras religiosas más extremistas y los liberales sociales han adoptado actitudes más flexibles con respecto a ciertos temas, lo que es visto como un intento por sumar seguidores y un indicio de que los diferentes grupos ya no hablan exclusivamente entre sí mismos.
La campaña de manejo de las mujeres demuestra lo que la organización on line puede lograr y lo que no puede lograr. Al-Sharif, una especialista en informática que trabaja para Aramco, la paraestatal petrolera, anunció su campaña a favor de la libertad de conducir vehículos en abril pasado, y activistas sauditas preveían que cientos de mujeres se plegarían. Sin embargo, al desafiar tan abiertamente al gobierno con la publicación de sus videos, esta mujer se ganó la enemistad de incontables seguidoras para quienes debió haber esperado hasta la fecha anunciada.
Quienes la apoyan creen que la condena de nueve días de cárcel fue un esfuerzo deliberado de la monarquía por erradicar todo movimiento on line inspirado por las revueltas en Túnez y Egipto. Y probablemente tuvo el efecto deseado de asustar a muchas mujeres. Sin embargo, no logró terminar con el vigoroso debate que se da en Internet.
© The New York Times News Service

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