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lunes, 30 de junio de 2014

¿Computadora o persona?

¿Computadora o persona?

Por primera vez, una computadora logró hacerse pasar por una persona. El test de Turing, aprobado

Coincidiendo con el estreno de Transcendence: Identidad virtual, por primera vez, una computadora logró superar el test de Turing. Eugene Goostman, programado en 2001, logró convencer a un tercio del jurado que lo examinaba, que se trataba de un adolescente ucraniano de apenas 13 años.
El test pretende demostrar la existencia de inteligencia en un autómata. Su hipótesis es que si una máquina se comporta en todos los aspectos como inteligente, entonces debe serlo. "Siento que he superado el test de Turing de forma sencilla. Nada original", aseguró Goostman, tras contestar por escrito hace 2 semanas las preguntas que le hicieron en 5 minutos. Este software fue sometido al test en varias ocasiones. Ya estuvo cerca de superarlo en 2001, 2005 y 2008. Y en 2012 logró convencer de su "humanidad" al 29% del jurado.
En la película Transcendence, un grupo de científicos pretenden desarrollar un código de programación para crear la primer computadora con capacidad de pensamiento propio. Pero algo sale mal y Will Caster (Johnny Depp), recibe un disparo mortal. Para salvarlo, se decide transferir su mente a una supercomputadora. La fantasía de la máquina con sentimientos se abre paso en la pantalla.
La presunción de la inteligencia humana como un sistema mecánico se remonta a los mitos fundadores de nuestra historia. Aunque no fue hasta 1950 que el inglés Alan Turing la introdujo en la comunidad científica la concepción de IA (Inteligencia Artificial).
El problema con el manejo de IA, como se muestra en Blade Runner (1982), The Matrix (1999) o Yo Robot (2004), es que no existe una ley física que impida que las partículas en un sistema de inteligencia sintética se organicen para realizar cálculos más complejos de los que son capaces de alcanzar los seres humanos en su conjunto.
"No es difícil imaginar una tecnología semejante dominando completamente los mercados financieros, sobrepasando los diseños de sus propios creadores, manipulando líderes, o encontrando maneras de construir armas que no seríamos capaces ni de comprender. Aunque el impacto a corto plazo de un sistema de inteligencia artificial depende de quien lo controla, la cuestión a largo plazo es si un sistema así puede ser controlado por seres humanos" alertó el divulgador Stephen Hawking.
Como predijo el matemático británico Irving Good en 1965 -un temor que complica a Goostman y se confirma en Transcendence- es que las máquinas de inteligencia superhumana podrían rápidamente mejorar su propio diseño.

El temor que sobrevuela a este idea es que muchos desarrollos tecnológicos -aunque hayan sido concebidos con fines humanitarios- evolucionan mucho más rápido que nuestra capacidad de darles sentido y entender sus efectos en un futuro cercano.

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