el público vuelve a ser protagonista en la pantalla chica
Desde su nacimiento, la televisión ha desarrollado concursos de diferentes formatos. Las primeras propuestas de entretenimiento con participación del público se basaron principalmente en las "competencias del saber", más que en los desafíos físicos o el azar. Así, la única posibilidad para los televidentes de participar en vivo en estudio y ser premiados (por lo general, en efectivo) era demostar conocimiento suficiente para responder correctamente a las preguntas lanzadas por el animador. Uno de los hitos es el recordado Odol pregunta, por ejemplo. En aquella época (la temporada inaugural fue en 1956) se premiaba el saber y no existían tentaciones en efectivo que pudieran alcanzarse tras superar desafíos físicos o exhibir talentos artísticos.
En el cambio de siglo, con el boom de los realities y la crisis económica, se acotó notablemente el espacio dedicado en las grillas para que los televidentes sean además participantes. Salvo el millón de Susana y los programas de Julián Weich, en la primera década de este siglo el televidente pasó a ser un votante telefónico que, además de sumar rating, colaboraba con su llamado/voto a juntar el pozo que el ganador disfrutaría.
Ahora la cosa cambió. La gente común volvió a tener pantalla y a obtener algo a cambio de ser los protagonistas del espacio televisivo. Tanto Guido Kaczka con A todo o nada desde El Trece y Guillermo López con Lo sabe, no lo sabe por América son dos ejemplos de resurgimientos de participación popular a cambio de un premio instantáneo. En ambos casos además, el formato original fue mutando hasta encontrar los juegos que hoy proponen y que aseguran además un rating aceptable.
En las últimas semanas, el ciclo realizado por Endemol para el canal del solcito alcanzó su máxima medición del año, obteniendo un promedio de 13 puntos. Desde el mes de mayo viene ascendiendo y superándose en sus marcas mayores. El desempeño y la respuesta de audiencia a la tarde le suman al ciclo una nueva edición dominical, que desde el 30 de junio va a las 20:30. Rubén Vivero, director artístico de Endemol reconoce el crecimiento a partir del cambio del formato. "Los cambios fueron por etapas. El último pasajero comenzó hace ocho años y luego pasó a ser Bariló. Guido necesitada empezar a hablarle a un público más amplio. Sumamos juegos simples que le permitan hablar con adultos."
"Lo sabe no lo sabe es una sección que pasó a ser programa", sentencia Nacho Maccione, productor ejecutivo del espacio animado por Guillermo López "el Pelado", que dio con la fórmula luego de varios intentos. El espacio producido por Eyeworks-Cuatro Cabezas había surgido como un espacio de entretenimiento bajo el nombre Antes que sea tarde.
Desde el cambio, dice Maccione, "mide un poco más". Y agrega: "El juego ha sumado ingredientes, además de la competencia inicial entre los postulantes que se eligen al azar en la calle. Algo propio es la interacción del Pelado con la gente y la impronta que se desarrolla en la calle, que es muy distinto a un programa de juegos en un estudio."
¿Empatía con el conductor o el anzuelo del premio, qué suma más? Según Vivero, todo aporta: "Los juegos simples y los premios invitan, pero también hay un subtexto, que es Guido (Kaczka) hablando con la gente. Ahí empezó a crecer el programa, comenzó a ponerse más interesante. Por ejemplo, en el juego del remate, que por lo general logra los picos de audiencia, hay picardía y se genera tensión hasta definir qué dinero se da."
"El jugar y poder ganar plata es un estímulo más que atractivo, además de la cámara y la figura del pelado", reconoce Maccione. "El contacto que hay con la gente y el feedback con él también invita a participar. Muchos se detienen para ayudar a quien participa, ellos no cuentan con el estímulo de la plata. Ahora, venir por la calle y encontrarte que podes ganarte mil quinientos o dos mil pesos de golpe tampoco es para desestimar. Algunos han dejado de tomarse un colectivo o un tren porque ven que en la cuadra siguiente estamos jugando."
Los minutos de exhibición televisiva o el juego como puro entretenimiento no parecen ser la razón suficiente para sumar participantes, ni audiencia. Desde el lado del público, parece que la máxima es "premiame que me gusta". Vivero señala: "En el juego se divierten, eso es real. Participar de A todo o nada es como ir a un estudio de TV, en vez de pasar la tarde en un parque de diversiones pero hay una carnada. Jugamos con la fantasía de que todo el mundo quiere tener objetos, regalamos electrodomésticos y damos efectivo en la subasta. Anotarse y participar también es simple y la premiación es honesta, se ve que es posible. La gente viene a ganar algún premio."
El premio máximo por emisión de Lo sabe no lo sabe fluctúa día a día, según su productor ejecutivo, "el promedio semanal es 50 mil pesos, a razón de diez mil diarios repartidos en seis participantes por emisión. Hay situaciones particulares de cómo reacciona la gente, están quienes nos ven en su barrio y acompañan el recorrido que hacemos, a veces estamos tres horas. La gente se prende, claramente por la plata, pero mucha otra solo acompaña, si puede claro que le gustaría participar, ¿quién se negaría a volver a casa con dos mil pesos más en la billetera?"
Sin premio para la audiencia, el rating ha mejorado en ambos casos. "La tele cambió bastante del año pasado a este", analiza Maccione. "Ya no hay algún ciclo que se asegure veinte puntos en el prime time. América está en un momento muy bueno de rating, está tercero. Todo eso confluye además de la buena respuesta que se generó sobre el cambio que hicimos."
Para Vivero, la tendencia creciente de A todo o nada aún no alanzó su máximo. "Estamos en un promedio de 13 puntos, el año pasado estábamos en 7 a 8. Alcanzamos los dos dígitos en mayo de este año, pero viene creciendo desde el verano." ¿A qué atribuyen la tenencia en alza? "El programa es muy divertido, es simple, cumple con que se puede entrar y salir, Guido está muy bien, realmente evolucionó como conductor, los premios atraen y los juegos tienen un desarrollo rápido."
Además del contexto de prime time particular que en 2013 está obstinado en mantener, Nacho Maccione, de Lo sabe no lo sabe, destaca: "El horario es para público familiar, integra al abuelo que mira la tele y se siente acompañado por el programa, el pelado y el juego. Durante la cena, la familia participa, lanza sus respuestas. La elección del personaje que responde es también un componente, 'mirá a quién eligió'. Lo inesperado y que puede pasar en este momento en la esquina de tu casa, que juegue un vecino, más allá de la identificación, también está lo de jugar desde la casa, los programa de entretenimientos basado en preguntas suman eso también."
El premio instantáneo y el acceso simple a la participación, sin seguidilla de casting, ni voto masivo que expulse del concurso, parecen ser la clave del buen rendimiento de ambas propuestas. Entretener, medir y premiar. Pero además, dejar el espacio para apostar y probar. Si América o, sobre todo, El Trece no hubieran controlado la ansiedad que provoca el cambio de grilla constante y la declaración de fin de ciclo, ni Guido Kaczka, ni Guillermo López tendrían su espacio de aire, y sin ellos tampoco encontrarían lugar los participantes a los que día a día premian. «
A todo o nada, el cambio evitando el escándalo.
Los vaivenes de un programa. El giro de timón de la propuesta animada por Guido Kaczka demostró la falsedad de aquella máxima que establece que el impacto asegura rating. Cuando el ciclo era un juego para los egresados de la secundaria que competían para obtener el premio del viaje a Bariloche, el programa tuvo varías alertas desde la AFSCA por la violencia de las prendas que los menores debían superar.
"Sí, es cierto que ahora estamos lejos de eso conflictos", reconoce Ruben Vivero. "Le encontramos la vuelta por otro lado. En ese momento nos preguntamos: 'Si esto que estamos haciendo realmente lastima a la gente, ésa no era la intención'. Y por suerte es que en el cambio, la gente nos apoyó, pero podría no habernos pasado eso. La televisión es a veces muy exigente, está todo muy difícil, hay bajo encendido y a veces se producen shock para mantener. Creo que hubo cosas que estuvieron bien en hacernos ver, en la historia del programa el cimbronazo fue positivo. Nos hacemos cargo de lo que sucedió y lo que teníamos que cambiar, lo cambiamos."
El caso del pelado
El año pasado, Guillermo "Pelado" López arrancó con la conducción de un nuevo programa en América, Antes que sea tarde, inicialmente con columnistas como Amalia Granata y Carlos Sturze. Sobre la marcha, el segmento "Lo sabe no lo sabe" se convirtió en un éxito y creció hasta ser en la actualidad un programa propio, que va todos los días a las 20:30.
Susana, sus millones y los invitados
Desde su primera emisión de 2013, Susana Giménez basó su propuesta en la importancia de los premios que otorga. Ahora, en su edición número veinticinco, la diva elige participantes por sorteo de cupón telefónico y sólo los lunes reparte premios tras descubrir lo que se ofrece en nueve casilleros. Los miércoles, la apuesta es probar el juego de "Salven los millones". Cada semana, la audiencia fue mayor los lunes que los miércoles. Aún cuando el premio mayor se duplicó, esperando al menos, misma repercusión de interés, que cuando se proponen los invitados famosos en el living.
"El juego de 'Salven los millones' es de Endemol Internacional, lo produce Telefe junto con nosotros", señala Rubén Vivero. "Susana es una megaproducción y sentían que un millón no era tan tentador como el doble. Históricamente, siempre tuvo premios millonarios."
La emisión del miércoles 29 de mayo de "Salven los millones" promedió 11,5 puntos de rating. Esa noche compitió contra la última parte del partido de Newells y Boca por la Copa Libertadores. Mientras que el lunes de esa misma semana, promedió 19 puntos con el contenido tradicional de invitados y entrevistas en el living.
La semana pasada, el miércoles promedió 12, 4 y el lunes, con Jorge Rial de invitado, alcanzó 18,7.
La vuelta de los concursos y los premios
Guido Kaczka, Guillermo López y la recién regresada Susana Giménez basan sus programas en la participación de la gente.
Desde su nacimiento, la televisión ha desarrollado concursos de diferentes formatos. Las primeras propuestas de entretenimiento con participación del público se basaron principalmente en las "competencias del saber", más que en los desafíos físicos o el azar. Así, la única posibilidad para los televidentes de participar en vivo en estudio y ser premiados (por lo general, en efectivo) era demostar conocimiento suficiente para responder correctamente a las preguntas lanzadas por el animador. Uno de los hitos es el recordado Odol pregunta, por ejemplo. En aquella época (la temporada inaugural fue en 1956) se premiaba el saber y no existían tentaciones en efectivo que pudieran alcanzarse tras superar desafíos físicos o exhibir talentos artísticos. En el cambio de siglo, con el boom de los realities y la crisis económica, se acotó notablemente el espacio dedicado en las grillas para que los televidentes sean además participantes. Salvo el millón de Susana y los programas de Julián Weich, en la primera década de este siglo el televidente pasó a ser un votante telefónico que, además de sumar rating, colaboraba con su llamado/voto a juntar el pozo que el ganador disfrutaría.
Ahora la cosa cambió. La gente común volvió a tener pantalla y a obtener algo a cambio de ser los protagonistas del espacio televisivo. Tanto Guido Kaczka con A todo o nada desde El Trece y Guillermo López con Lo sabe, no lo sabe por América son dos ejemplos de resurgimientos de participación popular a cambio de un premio instantáneo. En ambos casos además, el formato original fue mutando hasta encontrar los juegos que hoy proponen y que aseguran además un rating aceptable.
En las últimas semanas, el ciclo realizado por Endemol para el canal del solcito alcanzó su máxima medición del año, obteniendo un promedio de 13 puntos. Desde el mes de mayo viene ascendiendo y superándose en sus marcas mayores. El desempeño y la respuesta de audiencia a la tarde le suman al ciclo una nueva edición dominical, que desde el 30 de junio va a las 20:30. Rubén Vivero, director artístico de Endemol reconoce el crecimiento a partir del cambio del formato. "Los cambios fueron por etapas. El último pasajero comenzó hace ocho años y luego pasó a ser Bariló. Guido necesitada empezar a hablarle a un público más amplio. Sumamos juegos simples que le permitan hablar con adultos."
"Lo sabe no lo sabe es una sección que pasó a ser programa", sentencia Nacho Maccione, productor ejecutivo del espacio animado por Guillermo López "el Pelado", que dio con la fórmula luego de varios intentos. El espacio producido por Eyeworks-Cuatro Cabezas había surgido como un espacio de entretenimiento bajo el nombre Antes que sea tarde.
Desde el cambio, dice Maccione, "mide un poco más". Y agrega: "El juego ha sumado ingredientes, además de la competencia inicial entre los postulantes que se eligen al azar en la calle. Algo propio es la interacción del Pelado con la gente y la impronta que se desarrolla en la calle, que es muy distinto a un programa de juegos en un estudio."
¿Empatía con el conductor o el anzuelo del premio, qué suma más? Según Vivero, todo aporta: "Los juegos simples y los premios invitan, pero también hay un subtexto, que es Guido (Kaczka) hablando con la gente. Ahí empezó a crecer el programa, comenzó a ponerse más interesante. Por ejemplo, en el juego del remate, que por lo general logra los picos de audiencia, hay picardía y se genera tensión hasta definir qué dinero se da."
"El jugar y poder ganar plata es un estímulo más que atractivo, además de la cámara y la figura del pelado", reconoce Maccione. "El contacto que hay con la gente y el feedback con él también invita a participar. Muchos se detienen para ayudar a quien participa, ellos no cuentan con el estímulo de la plata. Ahora, venir por la calle y encontrarte que podes ganarte mil quinientos o dos mil pesos de golpe tampoco es para desestimar. Algunos han dejado de tomarse un colectivo o un tren porque ven que en la cuadra siguiente estamos jugando."
Los minutos de exhibición televisiva o el juego como puro entretenimiento no parecen ser la razón suficiente para sumar participantes, ni audiencia. Desde el lado del público, parece que la máxima es "premiame que me gusta". Vivero señala: "En el juego se divierten, eso es real. Participar de A todo o nada es como ir a un estudio de TV, en vez de pasar la tarde en un parque de diversiones pero hay una carnada. Jugamos con la fantasía de que todo el mundo quiere tener objetos, regalamos electrodomésticos y damos efectivo en la subasta. Anotarse y participar también es simple y la premiación es honesta, se ve que es posible. La gente viene a ganar algún premio."
El premio máximo por emisión de Lo sabe no lo sabe fluctúa día a día, según su productor ejecutivo, "el promedio semanal es 50 mil pesos, a razón de diez mil diarios repartidos en seis participantes por emisión. Hay situaciones particulares de cómo reacciona la gente, están quienes nos ven en su barrio y acompañan el recorrido que hacemos, a veces estamos tres horas. La gente se prende, claramente por la plata, pero mucha otra solo acompaña, si puede claro que le gustaría participar, ¿quién se negaría a volver a casa con dos mil pesos más en la billetera?"
Sin premio para la audiencia, el rating ha mejorado en ambos casos. "La tele cambió bastante del año pasado a este", analiza Maccione. "Ya no hay algún ciclo que se asegure veinte puntos en el prime time. América está en un momento muy bueno de rating, está tercero. Todo eso confluye además de la buena respuesta que se generó sobre el cambio que hicimos."
Para Vivero, la tendencia creciente de A todo o nada aún no alanzó su máximo. "Estamos en un promedio de 13 puntos, el año pasado estábamos en 7 a 8. Alcanzamos los dos dígitos en mayo de este año, pero viene creciendo desde el verano." ¿A qué atribuyen la tenencia en alza? "El programa es muy divertido, es simple, cumple con que se puede entrar y salir, Guido está muy bien, realmente evolucionó como conductor, los premios atraen y los juegos tienen un desarrollo rápido."
Además del contexto de prime time particular que en 2013 está obstinado en mantener, Nacho Maccione, de Lo sabe no lo sabe, destaca: "El horario es para público familiar, integra al abuelo que mira la tele y se siente acompañado por el programa, el pelado y el juego. Durante la cena, la familia participa, lanza sus respuestas. La elección del personaje que responde es también un componente, 'mirá a quién eligió'. Lo inesperado y que puede pasar en este momento en la esquina de tu casa, que juegue un vecino, más allá de la identificación, también está lo de jugar desde la casa, los programa de entretenimientos basado en preguntas suman eso también."
El premio instantáneo y el acceso simple a la participación, sin seguidilla de casting, ni voto masivo que expulse del concurso, parecen ser la clave del buen rendimiento de ambas propuestas. Entretener, medir y premiar. Pero además, dejar el espacio para apostar y probar. Si América o, sobre todo, El Trece no hubieran controlado la ansiedad que provoca el cambio de grilla constante y la declaración de fin de ciclo, ni Guido Kaczka, ni Guillermo López tendrían su espacio de aire, y sin ellos tampoco encontrarían lugar los participantes a los que día a día premian. «
A todo o nada, el cambio evitando el escándalo.
Los vaivenes de un programa. El giro de timón de la propuesta animada por Guido Kaczka demostró la falsedad de aquella máxima que establece que el impacto asegura rating. Cuando el ciclo era un juego para los egresados de la secundaria que competían para obtener el premio del viaje a Bariloche, el programa tuvo varías alertas desde la AFSCA por la violencia de las prendas que los menores debían superar.
"Sí, es cierto que ahora estamos lejos de eso conflictos", reconoce Ruben Vivero. "Le encontramos la vuelta por otro lado. En ese momento nos preguntamos: 'Si esto que estamos haciendo realmente lastima a la gente, ésa no era la intención'. Y por suerte es que en el cambio, la gente nos apoyó, pero podría no habernos pasado eso. La televisión es a veces muy exigente, está todo muy difícil, hay bajo encendido y a veces se producen shock para mantener. Creo que hubo cosas que estuvieron bien en hacernos ver, en la historia del programa el cimbronazo fue positivo. Nos hacemos cargo de lo que sucedió y lo que teníamos que cambiar, lo cambiamos."
El caso del pelado
El año pasado, Guillermo "Pelado" López arrancó con la conducción de un nuevo programa en América, Antes que sea tarde, inicialmente con columnistas como Amalia Granata y Carlos Sturze. Sobre la marcha, el segmento "Lo sabe no lo sabe" se convirtió en un éxito y creció hasta ser en la actualidad un programa propio, que va todos los días a las 20:30.
Susana, sus millones y los invitados
Desde su primera emisión de 2013, Susana Giménez basó su propuesta en la importancia de los premios que otorga. Ahora, en su edición número veinticinco, la diva elige participantes por sorteo de cupón telefónico y sólo los lunes reparte premios tras descubrir lo que se ofrece en nueve casilleros. Los miércoles, la apuesta es probar el juego de "Salven los millones". Cada semana, la audiencia fue mayor los lunes que los miércoles. Aún cuando el premio mayor se duplicó, esperando al menos, misma repercusión de interés, que cuando se proponen los invitados famosos en el living.
"El juego de 'Salven los millones' es de Endemol Internacional, lo produce Telefe junto con nosotros", señala Rubén Vivero. "Susana es una megaproducción y sentían que un millón no era tan tentador como el doble. Históricamente, siempre tuvo premios millonarios."
La emisión del miércoles 29 de mayo de "Salven los millones" promedió 11,5 puntos de rating. Esa noche compitió contra la última parte del partido de Newells y Boca por la Copa Libertadores. Mientras que el lunes de esa misma semana, promedió 19 puntos con el contenido tradicional de invitados y entrevistas en el living.
La semana pasada, el miércoles promedió 12, 4 y el lunes, con Jorge Rial de invitado, alcanzó 18,7.
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