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domingo, 26 de septiembre de 2010

opiniones de domingo

¿tijera o colectora?
The Sabbatella Factor
Por Artemio Lopez |
Más allá de las coincidencias político-ideológicas, siempre gratificantes, el volumen real de Martín Sabbatella como aliado del Frente para la Victoria se debe analizar en la perspectiva de su nivel de aporte electoral potencial a la lista oficialista en la provincia de Buenos Aires que, finalmente, creemos será su distrito de referencia; por otra parte, el de desarrollo histórico inicial de su fuerza.
La estrategia que decidirá Sabbatella transita dos andariveles fundamentales:
1- La famosa “tijerita sabbatelliana”, un clásico de los mass media moronenses, que dominan el paisaje socioeconómico del partido, reformado en el año 1995 por la Ley Provincial Nº 11.610, que estableció que Morón sea dividido en tres partidos: Ituzaingó, Hurlingham y Morón, pero trasladado ahora a la compleja realidad provincial con el consabido “corte por Sabbatella, que mantiene el piso, sube el techo y amplía las ventanas, pero arriba vote Kirchner”, propalado esta vez en la tórrida Florencio Varela, por citar un caso con bemoles de NBI. Estrategia dudosa. ¡Danger Sabbattella !
2- El simple y tradicional vínculo orgánico, llevando en su boleta de candidato a gobernador, la fórmula nacional del FpV.
Mientras esto se decide, en el cuadro de apertura de esta columna se observa la performance del 28 de junio de 2009 del partido Nuevo Encuentro en la provincia de Buenos Aires total, distribuidos también los resultados en interior y el Conurbano y desagregado el Conurbano por cordones socioeconómicos. El primer cordón, el periférico de la Ciudad de Buenos Aires, el menos pobre, y el segundo, el más alejado con niveles de pobreza y carencias de infraestructura profundas en línea casi con la media del Noroeste y Noreste
Como se observa, sobre un total provincial de 5,6% de los votos obtenidos, Nuevo Encuentro sube en el Conurbano hasta alcanzar el 7,1% y cae drásticamente en el interior bonaerense a los 3,1% de intención de voto.
Si desagregamos el Conurbano, la performance en el primer cordón, el más cercano a la Capital y donde se ubica su gestión de referencia, Morón, Nuevo Encuentro trepa al 9,5%, mientras, contrario sensu, cae en el segundo cordón al 4,8%.
La perspectiva que tenemos en Consultora Equis es que Nuevo Encuentro logrará obtener cerca del 10% promedio del total de votos bonaerenses en el año 2011, con un pico de 12% en el Conurbano y 7% en interior, aproximadamente.
Para lograrlo, es evidente que los puntos a reforzar por los estrategas electorales de Sabbatella son el interior bonaerense, en especial La Plata, Mar del Plata y Bahía Blanca, y mejorar su ya buena penetración en el primer cordón bonaerense.
El segundo cordón crecerá algo, pero en el margen, aún no es momento ni hay estructura para buscar al despliegue de la fuerza en esa región.
Si este aporte de diez puntos porcentuales bonaerenses logra articularse con el voto nacional del FpV de manera orgánica, sin tijerita, se agregan ipso facto cuatro puntos adicionales a nivel nacional para el oficialismo.
Se trata del equivalente total del aporte de la provincia de Mendoza, por ejemplo. Una tremenda catarata de votos. Nuevo Encuentro en este esquema unificado y orgánico con la fórmula presidencial con el FpV, resignará sólo parte de su preciada “autonomía crítica”, ciertamente, pero mantendrá el distrito de referencia y no se integrará a la fórmula nacional que, de suceder, comprometería a la fuerza en la gestión ejecutiva de un eventual gobierno kirchnerista 2011-2015.
Obviamente, esta colectora bonaerense supondrá una negociación por parte del oficialismo con los intendentes peronistas, en especial por la lucha abajo, en el terreno municipal, donde se disputa concejal a concejal. Sin embargo, para el proyecto nacional el aporte de Sabbatella podría ser decisivo para alcanzar primero y tal vez superar el 40% en el distrito provincial, que aporta, reiteramos, el 40% de los votos nacionales y define la media nacional de manera incontrastable.
Hugo Antonio Moyano y Néstor Carlos Kirchner lo saben bien, los intendentes bonaerenses, también. Sin embargo, tal vez dependan menos de la suerte del proyecto nacional. Con el 35% de los votos de piso que obtenga la lista nacional, reeligen y chau pinela.
No hay ballottaje en Buenos Aires. La idea de Néstor Kirchner y Hugo Moyano, ya como presidente del PJ bonaerense, es que los intendentes justicialistas acompañen plenamente el despliegue electoral del proyecto nacional y que jueguen más allá de lo que estrictamente marca el tablero de sus territorios. Lograrlo no es fácil. Bueno, pero nada es fácil en la vida.
*Director Consultora Equis.
Asesora al Gobierno.
desde el conflicto con el campo
El Gobierno, en su mejor momento
Por Santiago Rossi |
A un año de las internas abiertas, el oficialismo crece en la valoración de su gestión y la oposición está encerrada en su propio laberinto. Según el último estudio de Análisis Sociopolítico de la Coyuntura (Aspca), elaborado por Ipsos Mora y Araujo, el 49% de los entrevistados aprueba el desempeño del Gobierno y el 50% desaprueba: la mejor performance kirchnerista desde el conflicto con el campo.
El oficialismo ha vuelto a instalar temáticas de gestión más allá del impacto real y la consecuencia directa que puedan tener en la opinión pública. Las formas y modos siguen jugando un papel preponderante ante una sociedad que acepta y rechaza. Para sus acólitos y seguidores, los embates del Gobierno contra los factores de poder no hacen más que consolidar su propia tropa. Artistas, periodistas, figuras del deporte sienten como propia esta cruzada iniciada en diciembre de 2003. En ese momento, un presidente que asumía con el 22% de los votos necesitaba de manera imperiosa gestos y acciones para moldear un liderazgo firme sin muestras de debilidad. Hoy es otra Argentina, pero el oficialismo mantiene la receta que tan buen resultado le generara a Néstor Kirchner.
Si en los comienzos de la década kirchnerista movimientos sociales o piqueteros fueron el brazo ejecutor de políticas sociales orientadas más a mejorar la distribución de la riqueza que a incentivar la producción –según el Aspca, el 49% de la opinión pública cree que mejorar la distribución de la riqueza es la mejor manera de bajar la pobreza–, hoy cambian los actores pero no la forma. Hugo Moyano se enfrenta a empresarios y a factores de poder mediante el bloqueo de plantas productivas y otras medidas con dos resultados contrapuestos: logra el objetivo, pero a costa de una caída sin retorno en la opinión pública como grupo social.
En este arrebato, la arena política no es ajena al líder camionero, convirtiéndose en la otra plaza donde ha decidido desplegar su poderío. Sumado a otros referentes del Ejecutivo nacional, forma parte del armado estructural de candidatos que recorren la provincia de Buenos Aires pregonando los logros del Gobierno. Esto no hace más que minar el campo que Daniel Scioli pretende expandir y consolidar como su base de sustentación, y aleja la idea de volver a conquistar aquellos sectores medios que acompañaron los inicios de su gobierno.
Por su parte, la oposición no hizo una correcta lectura electoral de los comicios legislativos del 28 de junio de 2009. La opinión pública entendió que el Congreso podía ponerle freno a las políticas impulsadas por un oficialismo que sufría –en aquel domingo de junio– un traspié que muchos daban por definitivo. Pero la heterogeneidad de su composición atentaba y complota hoy contra esta idea. Generar expectativas en la población en el tratamiento parlamentario –por ejemplo, de medidas concretas contra la inseguridad– y no conseguir el quórum argumentando que por problemas climáticos “se suspende la función”, es atentar contra sí mismos.
Si en la gestión parlamentaria los logros de la oposición no tienen un impacto directo en la opinión pública, esquiva será la suerte para aquellos que sin recursos plantean una campaña de posicionamiento para mostrar diferencias al modelo kirchnerista. El panradicalismo es el que más expectativa ha generado con los últimos movimientos tácticos de sus máximas figuras. La foto Cobos-Alfonsín es algo más que eso, pero todavía no alcanza para quitar de sus espaldas la idea que la opinión pública tiene sobre ellos en lo que refiere a la capacidad de gobernar. Aunque también le reconocen la experiencia política, la territorialidad y el pregonar valores hoy casi en desuso, como diálogo y consenso. Del otro lado, Macri, que, para llegar al sillón de Rivadavia, necesita sortear los obstáculos que le plantea la oposición y el Gobierno nacional, hacer realidad la frase Está buena Buenos Aires y liderar un peronismo federal de varias potenciales candidaturas. La oposición está cerca de salir del laberinto pero una mala elección lo llevaría a retroceder muchos casilleros frente a una opinión pública que pide liderazgos para contrarrestar al Gobierno.
*Director de Ipsos Mora y Araujo
dISCURSOS Y POLITICA
Economía a la luz de la luna
Por Eliseo Verón |
Aunque he venido al centro del pueblo de Japaratinga innumerables veces, nunca había tenido la ocasión de recorrer la playa del pequeño puerto, donde las embarcaciones de los pescadores quedan a seco en los momentos más pronunciados de la marea baja. Este último martes, algunos participantes del coloquio decidimos almorzar en un restaurante cercano y el camino más natural fue el sendero empedrado al borde de la playa, dado que tanto el restaurante que buscábamos como el hotel donde tiene lugar el encuentro están al borde del mar. Descubrí entonces que las varias posadas localizadas entre uno y otro tienen todas dos caras bien diferentes y que yo sólo conocía la cara que da a la calle del pueblo, es decir la fachada opuesta al acceso a la playa. Desde la calle, esas posadas son fácilmente identificables, con sus nombres claramente indicados, pero no se destacan particularmente del resto de los edificios y negocios que componen el centro del pueblo. Las fachadas que dan al mar, en cambio, exhiben todas, sin excepción, la estética del turismo playero de la clase media brasileña: frentes de vidrio sobre el mar, hamacas coloridas, sillones de mimbre, esculturas artesanales en los rincones, lámparas de diseño. La fuerte tensión entre la economía local de la pesca y la economía globalizada del turismo aparecía así ambiguamente inscripta en la materialidad del espacio urbano de Japaratinga. Me pareció exagerado interpretar esa disociación entre la cara playa y la cara pueblo de las posadas como un gesto de ocultamiento, a los ojos de los habitantes, de los signos arquitectónicos del marketing turístico, pero sí pensé que tenía mucho que ver con las discusiones de nuestro coloquio: inscripción de la dinámica económica en la experiencia cotidiana, a través –en este caso– de la retórica de los espacios y de los objetos.
En el encuentro que por segunda vez reunió en este pueblo de pescadores del estado de Alagoas, en Brasil, a especialistas de distintos países convocados por el Centro Internacional de Semiótica y Comunicación (Ciseco), analizamos durante cinco días cómo, a través de múltiples discursos, la economía se articula a la sociedad y al sistema político, en particular después de la crisis iniciada en 2008. En la sesión de apertura, un video del senador Cristovam Buarque permitió discutir las acciones del gobierno ante la crisis económica. Nelson Breve, asesor de prensa de la Presidencia de la República de Brasil, presentó las tareas de su equipo: relaciones permanentes con los periodistas de todos los medios de comunicación del país y del exterior, teniendo en cuenta sus características específicas: medios internacionales, nacionales, regionales, estaduales y locales. El profesionalismo de los responsables de las relaciones con los medios del gobierno de Lula les dejó a los argentinos presentes en el coloquio la sensación de estar escuchando un mensaje venido de otro planeta. La comparación entre la Argentina y el Brasil no deja dudas sobre el carácter de profecía autocumplida de la política oficial en uno y otro caso: si un gobierno decide que los medios son sus enemigos, éstos lo serán. Y si un gobierno entiende que los medios de comunicación representan el lugar natural para explicar y legitimar sus políticas, así será. A la Rede Globo (monopolio más poderoso que el Grupo Clarín, en razón de las dimensiones del mercado brasileño) no parece importarle mucho que la candidata del obrero metalúrgico transformado en presidente de la República gane cómodamente, como las encuestas parecen indicarlo, las inminentes elecciones presidenciales.
Los modos en que se articulan la economía y la política determinan las maneras en que a su vez se conectan los mundos cotidianos de los actores sociales: las dos caras de las posadas del puerto de Japaratinga me parecieron un curioso signo de interrogación sobre las relaciones posibles entre la cultura popular de los pescadores que habitan los miles de kilómetros de playas del Brasil y la industria del turismo de clase media, a la que se han incorporado estos últimos años varios millones de brasileños. Contemplando el mar el miércoles por la noche, me preguntaba si una buena respuesta a ese interrogante permitiría al mismo tiempo salvar para todos la experiencia del indescriptible espectáculo de la luna llena trazando un gigantesco reflejo plateado sobre las aguas oscuras.

*Profesor plenario, Universidad de San Andrés.

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