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domingo, 18 de diciembre de 2011

Un caño

Publicado el 18 de Diciembre de 2011
La revista Un Caño, surgida en junio del año 2005, se distinguió desde el inicio por aportar un enfoque renovador e inteligente sobre todo lo que entraña el mundo del deporte. Ahora, publica sus mejores artículos en una edición de lujo, con las ya clásicas ilustraciones de Sebastián Domenech y prólogos de Víctor Hugo Morales y Eduardo Sacheri. Justamente ellos definen este compilado de textos que exceden largamente las crónicas futboleras para convertirse en joyitas literarias. Dice Sacheri: “En medio de la mugre, y a contrapelo de la corriente, pasan cosas como Un Caño. Una revista hecha por periodistas a los que les gusta el fútbol, pero además les gusta decir la verdad que van encontrando a medida que la buscan”. Y finaliza Víctor Hugo: “Yo no he encontrado una publica­ción de las características de Un Caño. La diversidad y profundidad de los temas, el compromiso cero con los factores de poder, la independencia económica le dan una libertad en ocasiones dolorosa, como es la libertad misma”.
El blues de Attilio y Luigi
POR EZEQUIEL COGAN

Empecemos por Attilio. Attilio, que no viene a nacer en un año cualquiera. Attilio nace en 1949, mismísimo año de la tragedia de Superga, en la cual, por un accidente aéreo, mueren todos los integrantes del Gran Torino, lejos el mejor equipo de la época. Es el episodio que inicia una cadena de desgracias granates y el que, al mismo tiempo, quizás también marca el destino de este niño recién nacido.
Attilio pertenece a una familia acomodada de Turín, crece y estudia, es aplicado en la escuela y representa el orgullo de un prestigioso padre psiquiatra que intenta mostrarle a su hijo el camino que alguna vez él recorriera. Pero Attilio sigue creciendo y se hace hincha del Toro, se convierte en un ultra. En su cuarto no hay pipas ni preguntas existenciales, sólo cuelgan posters y fotos de Luigi Meroni, porque él quiere ser futbolista, quiere ser como Meroni.
Meroni se transforma en el eje de la reconstrucción del Torino durante la década del 60, es un equilibrista de la línea de cal, un domador del blanco césped, un tipo que además de futbolista es pintor y poeta, estilista y fana de Los Beatles, amante también del jazz. Una especie de George Best en versión dolce vita, díscolo, excéntrico, bohemio, alguien que deja plantada en el altar a la mujer que más lo amó y que se casa con otra, arrebatada de un matrimonio por conveniencia.
Por su forma de jugar, lo apodan la farfalla granata (mariposa granate) y un día Edmondo Fabbri lo convoca por primera vez a la Nazionale, aunque también le avisa que para jugar tendría que cortarse el cabello. Meroni se niega y enfrenta a los cronistas con su mascota, una gallina a la que, jalándole el pescuezo, hace responder por él: “Ella dice que no está de acuerdo con la decisión de Fabbri”. Y se va.
Attilio se mira al espejo y sólo quiere que el reflejo le devuelva a Meroni. Se deja un incipiente bigote, abundantes patillas y un largo mechón de pelo que le cruza la frente. Usa camisas de cuello alto y cuenta, maravillado, que un niño lo confundió en la calle. Attilio va a la cancha, como siempre, sale sin voz y contento por el 4-2 a la Sampdoria y el doblete de Meroni. Es 15 de octubre de 1967 y Attilio ya maneja. Tiene 18 años y una reluciente licencia de conducir, volantea por la calle Re Umberto, vaya paradoja, la misma donde se fundó la Juventus, el clásico rival del Torino. No llega a frenar, Attilio, y entonces atropella a un hombre que cruzaba sin mirar. Attilio se baja del auto y sí mira. Se ve a él mismo. A su espejo. Y lo rompe.
Meroni agoniza y muere, a sus 24 años, rumbo al hospital Le Molinette. “Se me echó encima, no sabía quién era hasta que al bajar del vehículo lo vi tendido en el suelo. Enseguida llamé a mi padre, que era médico, y fuimos al hospital pero no se pudo hacer nada”. Attilio aún no cae y explica, se explica: “Mi amor hacia Gigi Meroni era tan sólo superado, y por poca distancia, por el que le tenía a mis padres”.
Unos 50.000 hinchas del Toro despiden a Meroni y, al rato, una buena parte de ellos se muda hasta la casa de Attilio para brindarle su apoyo. No es suficiente. Attilio cae, inevitablemente, en un pozo depresivo del que no saldría hasta diez años después. No se convierte en médico ni en futbolista. Es un hombre de negocios. Su amigo Francesco Cimminelli compra el Torino en 1999 y nombra como presidente a Romero. A un tal Attilio Romero.

Mozo, un café para el Coco
Por Alejandro
Caravario

La cancha, se sabe, no es un lugar para reflexionar, para entender el sentido profundo de las acciones de los hombres. Por eso se perdona que un grupo de hinchas de Boca le arrojara a Coco Basile una andanada de cubitos de hielo. La excusa socarrona, festejada por muchos –“es para el whisky”-, desnuda no sólo un prejuicio ofensivo (“este tipo es una curda”) sino una inexcusable ignorancia. Los adalides del Gatorade (¿será tan así? ¿no abusarán del tintillo en algún asado?) menosprecian el más sensual y hospitalario líquido que la humanidad ha destilado (en especial el Tennessee Whiskey), además de desconocer sus alcances filosóficos. Sin ir más lejos, esta página, gracias a su influjo, ha dado lugar a las más audaces, preclaras y desmesuradas opiniones, a recuerdos entrañables, ensoñaciones reveladoras. Se ve que, luego del quinto whisky (bueno, no hace falta llegar hasta ahí) no sólo afloran la camaradería más efusiva, los abrazos y las confesiones de amor a quienes eventualmente nos circundan (¿está mal, acaso, fomentar la amistad?), sino que, además, el espíritu, despojado de las vulgares intromisiones del largo día, se proclama libre y creativo.
¿Dónde si no en las sobremesas de La Raya y en las trasnoches de Tabac urdió Coco Basile el engranaje fino del flamante campeón? Fue en esas veladas de introspección, o bien de amable tertulia con sus amigos de siempre (gente simple en apariencia, pero de agudos argumentos al amparo de la madrugada) y no bajo el sol ardiente, en Casa Amarilla, cuando Basile, por caso, imaginó el dibujo táctico y se quedó con Palacio relegando al Mellizo. Fue entonces también que, con la tabla de posiciones en contra, Coco vio, a través de la conjetura unánime del vulgo, y sentenció: “Gimnasia campeón las pelotas, el campeón va a ser Boca”.
Tipo de barrio, de costumbres inamovibles y amistades largas, ferviente admirador del tango y del boxeo, Basile tiene un perfil bohemio que no lo ha beneficiado. Suele sugerirse (¿son los mismos que le tiran cubitos?) que “no trabaja”. Nos preguntamos si las horas de video y pizarra que consumen los entrenadores laboriosos arrojan mejores resultados o ideas más redondas que las que Coco moldea durante sus jornadas nocturnas. Si hay un técnico full time ése es Basile. Tardía pero merecidamente coronado por el éxito.
A decir verdad, sólo nos consta que toma café. De todas maneras, el Coco es, para los hacedores de esta página, como diría Solari (otro gran DT), un verdadero héroe del whisky. Un hermano que no sabe cuánto lo queremos.

El día en que se supo el
trauma de Román
Por pablo de biase

Inescrupulosos, infidentes y traidores de la confianza ajena hubo siempre. Ninguna época histórica de la que se tenga algún registro ha escapado a esto. Es más, sin la existencia de algunos registros clandestinos, el pasado se habría tragado lo que en tiempos posteriores se llegó a considerar como testimonio o prueba de determinados sucesos vinculados a personajes que lograron trascender los estrechos límites del tiempo en que les tocó alguna dosis de protagonismo.
De la infamia al documento sólo media, entonces, el piadoso paso del tiempo, que adecenta y mejora, cuando directamente no sublima, alguna que otra canallada pretérita.
Es cierto, también, que en los tiempos en que Dios existía, o al menos en aquellos en los que se le temía con respeto y reverencia, las intrigas palaciegas o las confesiones traicionadas gozaban de mejor prensa. Básicamente, porque la prensa no existía entonces.
Desde mediados del siglo XIX, o desde que el capitalismo dejó de ser un programa para transformarse en una potencia intrusa que todo lo penetra con su singular lógica, la confianza de un individuo puede ser burlada con pasmosa liviandad, con un micrófono o una cámara tan pequeños como para caber dentro de un encendedor o la mínima cabeza de un fósforo. Estos procesos controladores, invasivos de la intimidad, se han desarrollado en las últimas décadas más salvajemente que la plusvalía. Y se venden como pan caliente, ya que nadie que goce de un mínimo de conocimiento público puede sentirse seguro de no ser vigilado ni siquiera en el rincón más íntimo del baño de su casa.
Los modernos confesionarios, los gabinetes de los terapeutas -como casos paradigmáticos-, deberían gozar de la sacralidad de que todo lo que se diga quedará sellado entre cuatro paredes. Sin embargo, la voracidad periodística (que encima nos permite escudarnos tras la bandera de la libertad de “informar”) alimenta la maquinaria de las traiciones, y los tiernos e inocentes niños-hombres que son los jugadores de fútbol pueden dar fe de que hasta el analista más pintado sucumbe a las tentaciones de violar el secreto profesional.
El 10 de Boca, hombre de carácter reservado si los hay, no pudo escapar a la impiadosa lógica de mercado que rige las confesiones laicas del psicoanálisis y sus derivados; y así han llegado a nuestras manos jugosos detalles que, por supuesto, hacemos públicos sólo en nombre del derecho a estar informados de nuestros lectores. Vale aclarar, por otra parte, que no fue el Dr. Nauman quien traicionó la confianza de Romy. No, al menos, directamente. Nauman no pudo sucumbir a la tentación de grabar las sesiones que tuvo con el ídolo de Boca, es cierto; como tampoco logró evitar registrar en cintas de audio las conversaciones telefónicas que tuvo con su talentoso paciente. Las clasificó concienzudamente y las archivó con prolijidad bajo cuatro llaves. Pero, qué son cuatro llaves en la Argentina. Poco más que nada.

II

Carolina Nauman, sobrina y asistente del reputado psicoanalista, fue la responsable directa de que las cintas llegaran a manos de un agente de la SIDE pocos días después de que los muchachos de Pekerman hubieran hecho las valijas del regreso. En nombre de preservar nuestras “fuentes”, nos abstendremos de revelar cómo las benditas grabaciones llegaron a nuestras manos pero, claro está, no de los más substancioso de su contenido. Fantasmas, datos y pensamientos jamás conocidos nos permitirán entender mejor algunos aspectos de la trayectoria del jugador nacido en la villa San Jorge, así como ciertos rumores sobre lo que ocurrió en el Mundial de Alemania 2006.

III

Cinta N° 19 / Transcripción de una sesión celebrada en el consultorio de Nauman, en Palermo, en febrero de 2000.
NAUMAN: -(…) ¿Y qué siente usted al respecto?
ROMY: -…
NAUMAN: -Hace unos minutos hablaba usted de Maradona. ¿Considera que la identificación que realizan los hinchas se corresponde con lo que siente usted a nivel de las emociones? ¿Tiene sueños al respecto? ¿Se imagina algún día gozando de la misma fama? ¿Le parece, de ser así, una fantasía deseable?
ROMY: -…
NAUMAN: Evidentemente, hay ciertas pulsiones inconscientes que la identificación superyoica con su padre impide que afloren… Aun en el trabajo del sueño…
ROMY: -¿Desde cuándo dormir es un trabajo?
NAUMAN: -Me refiero al material del que están compuestos sus sueños.
ROMY: -
NAUMAN: -Volvamos a Maradona. Usted pareció quedarse muy fijado con una frase: “La pelota no se mancha”.
ROMY: -Con todo respeto por Diego y el resto de mis compañeros, con los que conformamos un grupo humano maravilloso, hay secretos que quedan en el vestuario…
NAUMAN: -Pero de eso, precisamente, es de lo que tenemos que hablar, Romy. No me ponga el casete, ¡por favor! ¡Uy! *
ROMY: -Doctor, no entiendo.
NAUMAN: -No se trata de que entienda en profundidad los conceptos psicoanalíticos. Basta con que confíe en mi guía para que podamos trabajar con sus represiones. Los conflictos…
ROMY: -No, doctor. Lo que no entiendo es por qué Diego dijo eso.
NAUMAN: -Con que logremos entender por qué usted dice, ¡u omite!, determinadas cosas, estaríamos consiguiendo un gran avance. No pretendamos entender a Maradona, además.
ROMY: -No, doctor. Me refiero a la frase.
NAUMAN: -Ummm, qué interesante… Por fin parece pedir pista la palabra…
ROMY: -…
NAUMAN: -No me haga caso. Continúe, por favor.
ROMY: La pelota está enchastrada y eso no se puede cambiar.
NAUMAN: -¿Y por qué piensa eso?
ROMY: -Porque lo veo. Macri dice que yo me llevo una fortuna de Boca y la verdad es que me pagaba 1.500 pesos. No sé de dónde sacó esos recibos que mostró en la conferencia de prensa. Le juro, doctor, que durante dos años fue lo único que cobraba… Ese hombre es muy malo, doctor, muy malo.
IV

Cinta N° 102 / Transcripción de una consulta telefónica Valencia-Buenos Aires, mayo de 2006.
NAUMAN: -¿Otra vez las pesadillas?
ROMY: -Sí, doctor. Volví a soñar con patearle un penal a Lehmann, como cuando jugamos la Champions contra el Arsenal. Pero esta vez era definiendo la clasificación a la semifinal con la Selección en el Mundial ¡Y me lo volvía a atajar!
NAUMAN: -¿Dónde sitúa la fuente de esta imagen traumática recurrente? ¿Fue la frustración personal que sufrió en el Villarreal o se trata de la presión de los hinchas argentinos que lo catalogan de “amargo” y “pecho frío”?
ROMY: -Es peor, doctor. Tengo pesadillas cuando estoy despierto. De golpe, miro el jardín y veo una cancha llena, el punto del penal y Lehmann enfrente, en el arco, dispuesto a atajarme el penal.
NAUMAN: -Romy, cuando la realidad onírica penetra en el reino de la vigilia debemos entender que hay un llamado de alerta…
ROMY: -Y, sí. Lo estoy llamando, precisamente, porque estoy muy preocupado…
NAUMAN: -Por supuesto. Me refiero a que quizá debamos pensar en una interconsulta con un profesional de la psiquiatría…

V

Cinta N° 112 / Transcripción de una consulta telefónica Hamburgo-Buenos Aires, junio de 2006.
NAUMAN: -¿Volvió a tener pesadillas, entonces?
ROMY: -Sí, doctor.
NAUMAN: -Las críticas, sin embargo, han vuelto a ser bastante elogiosas. No entiendo bien el porqué de esta regresión…
ROMY: -¡Doctor, no puedo verme!
NAUMAN: -Suele suceder que en momentos de extrema presión, uno tenga fantasías autodestructivas, no pudiendo reprimir una autocrítica desmesuradamente severa...
ROMY: -No, doctor, no puedo verme de verdad. No me veo. Me tengo que afeitar a tientas, no puedo verme en el espejo del baño…
NAUMAN: -Es normal, Romy. Le repito, bajo extrema presión es común que surja la “fantasía del espejo vacuo”.
ROMY: -¡Ma’ qué espejo vacuo! No puedo verme a mí, lo que no significa que no vea nada en el espejo.
NAUMAN:- Qué interesante, ¿y qué es lo que ve, entonces?
ROMY: -Veo la cara de Zidane. Me pasa todas las mañanas…
NAUMAN: -Es una típica proyección…
ROMY: -Ojalá pudiera proyectarme, pero me quedo sin aire porque estoy durmiendo mal. A duras penas puedo manejar la pelota, ni pienso en hacer piques largos al vacío.
NAUMAN: -Me refiero a una proyección identificatoria: Zidane representa la meta inalcanzable, lo que usted quisiera ser pero se prohíbe…
ROMY: -¿Doctor, se siente bien?

VI

Cinta N° 116 / Transcripción de una consulta telefónica Berlín-Buenos Aires, finales de junio de 2006.
NAUMAN: -¡Otra vez usted, Romy? ¿Ahora qué le pasa, con qué demonios soñó?
ROMY: -¿Cómo sabía que tuve otra pesadilla?
NAUMAN: -¡A Papá Noel con chimeneas angostas!
ROMY: -La noche anterior al partido con Alemania tuve una pesadilla terrible y no pude jugar como quise. Me la pasé llorando antes de levantarme.
NAUMAN: -¿Qué fue lo que soñó?
ROMY: -Con el Topo Giggio.
NAUMAN: -¿Otra vez con el Topo Giggio? Mejor hubiera soñado con Crespo, así le habría dado un pase, aunque más no fuera.
ROMY: -Es que Crespo también estaba en el sueño. Giggio estaba durmiendo en su almohadoncito, como siempre. Tranquilo, sereno, transmitiendo esa paz amorosa que sólo él sabe transmitir…
NAUMAN: -Precise, precise, por favor. No se me va a poner verborrágico justo ahora.
ROMY: -Es que Crespo aparecía como una sombra sobre Giggio, hasta que lo pude visualizar… Tenía un cuchillo enorme y se lo clavaba una y mil veces. Me desperté transpirando y no pude parar de llorar. Y se ve que, inconscientemente, me quise vengar y no pude darle un solo pase. Sentía que lo traicionaba a Giggio…
NAUMAN: -¿Inconscientemente? ¿De qué carajo me hablás, piojo resucitado? ¿Me decís que no se la pasaste a Crespo porque soñaste con ese muñeco de mierda, italiano y viejo? ¿Sabés cuánta guita aposté a que le ganaban a Alemania, eh, sabés? No tenés idea, cretino… ¡Bostero, turro! Dejá que te agarre…
(Los gritos del terapeuta farfullando insultos, saturan el audio e impiden escuchar el resto de la conversación).

* Según la reconstrucción del agente de inteligencia, se produjo aquí un lapsus por parte del terapeuta. En criollo, se acordó de que debía cambiar, con la mayor discreción posible, el casete de lado.

La doble vida de Mauricio
Por ezequiel
fernández mooreS

“Y en cuanto a la expresión de papelón que usó ese muchacho Mauricio Macri, el papelón es pedirle a los jugadores de fútbol Bermúdez y Barijho que le den dinero de las transferencias”. Rafael Bielsa fue directo al hígado. Más que al hígado, al fútbol. Macri lo había criticado horas antes pero no como presidente de Boca. Desde su rol político, Macri cuestionó la política del gobierno sobre Malvinas. Pero Bielsa prefirió la pelota. “Si el presidente me designa candidato a diputado por la Ciudad –siguió el canciller-, me va a dar un enorme placer exhibir ante toda la ciudadanía la historia no autorizada de Macri, que vengo recopilando hace varios años para que la ciudadanía sepa quién es este individuo que usa ligeramente la palabra ‘papelón’”.
César Mascetti, quien lo entrevistaba por Radio del Plata, no resistió la tentación. Y preguntó de qué se trataba esa “biografía no autorizada”. Bielsa recordó entonces un debate de hace cinco años en el Consejo Profesional de Ciencias Económicas que definió con un nocaut en el último round. Macri había ido allí para defender su proyecto de convertir a los clubes de fútbol en Sociedades Anónimas Deportivas (SAD). Y aceptó la invitación creyendo que cada uno se limitaría a exponer su posición. Pero Bielsa, que además de abogado es escritor y notable orador, aprovechó su verba para cerrar su exposición con una parrafada que dejó casi mudo al sorprendido Macri y que, en síntesis, decía: que su grupo (el de Macri) se enriqueció gracias al Estado, que sus autopistas eran las más caras y las de peor servicio del mundo y que ni siquiera sabía hacer negocio de algo tan sencillo como el correo. La andanada terminó en la Bombonera: “Usted –le dijo Bielsa a Macri- ha convertido a Boca en un centro de negocios privados”.
La ley de las SAD fracasó. Pero Boca, según muchos, terminó funcionando en los hechos casi como si lo fuera. La nueva embestida del canciller por Radio del Plata, mencionando supuestas irregularidades en los casos del Patrón Jorge Bermúdez y Antonio Chipi Barijho, pareció profundizar justamente sobre un tema poco difundido pero que hace cada vez más ruido en el submundo de la pelota: los negocios de Macri en el fútbol.
Cuando asumió, en diciembre del 95, el discurso inicial de Macri fue pura austeridad. “Pensé que venía Berlusconi, pero me encuentro con el cartonero Báez”, llegó a disparar, siempre rápido, Diego Maradona, y le colgó un apodo inolvidable. Diego, que jugaba cuando quería, terminó aquel vínculo con Boca enojado para siempre con Macri. Pero el ingeniero demostró su pragmatismo cuando, necesitado de resultados, volvió a contratar a Carlos Bianchi pese a que el Virrey le pidió el doble del dinero ofertado. Ahora, con el equipo otra vez en crisis, pero ya sin espacio para un Bianchi III, Macri olvidó viejas reyertas y lanzó al ruedo a Maradona. El de Diego, está claro, es un nombre ruidoso como ningún otro. Ideal para tapar los nuevos rumores que comenzaron a circular sobre cómo se realizan ciertos negocios en Boca.
Macri, en rigor, no fue exactamente un “cartonero” en sus primeros años en Boca. Gastó unos 45 millones de pesos en casi 40 jugadores y triplicó el pasivo de 22 a 62 millones de pesos. Pesos-dólares, porque eran tiempos del uno a uno. Macri fue el primer presidente de la historia de Boca al que le fue rechazado un ejercicio. Y una auditoría de 200 páginas del estudio de Eduardo Massad denunció un festival de comisiones e intermediarios. Uno de los datos más insólitos fue la comisión cobrada por intermediarios uruguayos para que Juan Román Riquelme pasara de Argentinos a Boca: 220.000 dólares para Milton Viera y Luis Aguerre.
El cartonero Báez, en realidad, fue Bianchi, que ganó todo con poco. Pero si antes las pérdidas fueron del club, los beneficios del Boca más exitoso de la historia favorecieron a empresas de accionistas, balances y siglas desconocidas: Fondos de Inversión, Boca Crece, IESA, ACE, TSM. Un informe periodístico basado en documentos del propio Boca desnudó hace dos años esta cara desconocida de la gestión Macri. Pero Macri jamás quiso contestarlo e incluso amenazó con cerrar la entrevista las veces que, fuera de micrófono, intentaron hablarle sobre ese artículo. Lo cierto es que el Boca de Macri, el Boca más exitoso de la historia, siguió en crónico déficit mensual. Y su último balance mantiene un pasivo de más de 38 millones de pesos. La venta de algún crack, está claro, sigue siendo la única posibilidad de salvación. El último fue Carlos Tevez. Pero ésa es otra historia.
Ocurre que Tevez fue vendido de modo extraño, después de cambiar de novia y representante, y no al tradicional mercado europeo. Tevez se fue a Brasil, que jamás había pagado tanto dinero por un extranjero. Y se fue comprado por lo que ya todos coinciden en denominar “la mafia rusa”. El primer gran impacto que recibió Macri por esta extraña operación partió nada menos que de Clarín. El grupo era hasta hace menos de un año su socio en Boca Crece, la empresa de marketing creada por Macri. El ex socio recibió ahora una carta documento de Boca tras el informe del periodista Daniel Santoro sobre la venta de Tevez al Grupo MSI, acusado de lavado de dinero en Brasil y de vínculos ya evidentes con millonarios empresarios que están prófugos de Rusia. El propio Boca se encargó de difundir la noticia sobre la carta documento que envió a Clarín y a Santoro. Fue casi un aviso para el resto de la prensa.
El artículo que Clarín publicó el domingo 20 de marzo advertía, entre otras cosas, sobre cómo diferían en las cifras los tres actores del contrato (Boca 16 millones de dólares, MSI 22,6 millones y Corinthians 17 millones). Los actores aclararon que otros 2 millones de dólares de la cuenta final se pagarán a través de un “convenio de intercambio de juveniles”. Aquí, un paréntesis: ¿habrá investigado ya la DGI cuándo, cómo y dónde se concreta ese intercambio? Fuentes de Boca cuentan que si se revisara la real aplicación de esas figuras ya utilizadas en otras numerosas transferencias (intercambio de juveniles, partidos a futuro, etc.) el club podría llegar a sufrir algunos problemas impositivos.
Lo que menos le gustó a Boca fue que Clarín publicara una fotocopia del contrato que desnudaba que había cobrado 16 millones de dólares por Tevez en una cuenta del JP Morgan Chase de Nueva York. Una cuenta que ni siquiera está a nombre del club, sino de una empresa inversionista del Royal Bank de Canadá. El pase de Tevez, se sabe, fue una negociación entre equipos de Argentina y Brasil. Pero sus dineros llegaron desde un paraíso fiscal y se depositaron en Nueva York. Y sus actores, tanto en el pago como también en el cobro, no fueron clubes, sino firmas inversoras. Todo olió tan raro que el Banco Central de Argentina decidió tras el pase de Tevez que, de ahora en más, los clubes de fútbol deberán liquidar en el país los millonarios ingresos por ventas de jugadores, justamente para impedir evasión de impuestos o maniobras ilegales con divisas.
En aquella investigación de Clarín, Macri, casi como si él no los conociera, dijo que los intermediarios argentinos que actuaron en la operación, Gustavo Arribas y Fernando Hidalgo, “vinieron con un agente inglés representando a MSI y Corinthians”. Arribas, se sabe, es en realidad un viejo conocido de Macri, su escribano y, además, compañero de equipo en la quinta familiar. Hidalgo, a su vez, profundizó sus vínculos con las operaciones de Boca desde su conflictiva ruptura con Gustavo Mascardi, el ex hombre llave de cualquier venta a Italia, donde alguna de sus operaciones están hoy bajo investigación judicial. Especialmente tras las quiebras de Cirio y Parmalat, los holdings que bancaban a Lazio y Parma, clubes a los que Mascardi vendió infinidad de jugadores.
Robero Digón, quien fue vicepresidente de Macri durante ocho años, no sabe de sutilezas, “Arribas e Hidalgo –afirma- son testaferros de Macri”. En realidad, lo viene diciendo desde hace unos meses, pero Macri no le envió aún a él una carta documento como las que sí mando para Clarín y Santoro. Tampoco se la envió al Patrón Bermúdez, que desde su Armenia natal acusó a Macri de haber exigido 2 millones de dólares extras, arruinándole así una transferencia al Barcelona de España. “Es un mentiroso que, además de tener todo el dinero del mundo, quiere quedarse con el dinero de los jugadores”, disparó Bermúdez, crítico con la dirigencia de Boca: “En cada transferencia –atacó el colombiano- querían llevarse una moneda al bolsillo”. ¿Y por qué no lo dijo antes?, fue la única respuesta de Boca. Justamente el canciller Bielsa, en su entrevista en Del Plata, tomó la denuncia de Bermúdez y dijo que Macri no podía responderle esta vez con sus habituales argumentos defensivos: “Jamás podría decirse que el Patrón tiene intenciones políticas para gobernar en la Ciudad de Buenos Aires”, ironizó Bielsa.
El que sigue ahora es Digón: “Al principio, Mauricio estaba extasiado con Mascardi, iba a Europa con él, hizo un aprendizaje. Y después dijo, ‘para qué vamos a utilizar a Mascardi, a (Marcos) Franchi, si esto lo puedo hacer yo con amigos’. Hidalgo era la mano derecha de Mascardi y se quedó con los principales jugadores. Ahora tiene oficinas de cerca de un millón de dólares y eso no se consigue de la noche a la mañana. Arribas vino en el 97 a Boca como amigo personal del presidente, siempre se movió con él, era un simple escribano y ahora es un hombre que se ha hecho millonario en pocos años y aparece siempre en las transferencias de los jugadores de Boca. Ahí muy claramente han hecho alguna sociedad que vive lucrando con Boca y otros jugadores de otros equipos”.
¿Jugadores de otros equipos? Para Digón, la supuesta sociedad de Macri-Arribas-Hidalgo se benefició también con ventas de los jugadores de River a Rusia, como los casos de Fernando Cavenaghi y el Malevo Ferreyra. “En el mundo del fútbol –según Digón-, se habla de que Arribas e Hidalgo tenían parte en estos jugadores, ambos son testaferros de Macri y aparecen también en estas transferencias a Rusia”. El capítulo Rusia, dice Digón, agrega otro nombre clave: Ernesto Petrini. “Es una persona que hace rato aparece llevando jugadores a Rusia, lo presentó Macri, lo trae Macri, se mueve con Macri y tiene una gran relación con la mafia rusa que surgió tras la caída del comunismo. Unos se quedaron con petróleo, otros con armas y algunos se dedicaron a lavar dinero”.
Aquella investigación de Clarín contó también que las comisiones del pase de Tevez estuvieron a cargo de una tal HAZ Football World Wide Limited, con sede legal en Gibraltar. HAZ Sport Agency SA es a su vez una empresa argentina que tiene como dueños a Hidalgo y Arribas, es decir HA. ¿Y la Z? Corresponde a Pinhas Zahavi, agente de FIFA israelí que vive en Inglaterra. ¿El inglés mencionado por Macri en la transferencia de Tevez? Al dato de Clarín se le puede agregar otro no menos llamativo. ¿Sabe usted para quién compra y vende jugadores el tal Zahavi? Para el poderoso Chelsea del magnate ruso Roman Abramovich. Se trata del hombre más rico de Rusia y también de Inglaterra, con una fortuna que Forbes acaba de estimar en 14.700 millones de dólares. Una riqueza que nació protegida por Boris Berezovski, el privatizador número uno en la Rusia de Boris Yeltsin. Tiempos de negocios, negociados, atentados y hasta asesinatos: plena expansión capitalista pero en tiempos modernos.
Berezovski, “the Godfather of the Kremlin”, como lo definió en su libro el periodista Paul Klebnikov, tambien asesinado, escapó de Rusia tras la asunción del nuevo presidente Vladimir Putin. Berezovski, justamente, es el nombre mas mencionado por la prensa de Brasil como el verdadero dueño de MSI, el grupo gerenciador de Corinthians que pagó 20 millones de dólares por Tevez. Pero a Berezovski no lo describe sólo la prensa. Dicen los fiscales Jose Reinaldo Guimaraes Carneiro y Roberto Porto, del Grupo de Actuación Especial de Combate contra el Crimen Organizado (GAECO) en la denuncia que elevaron ante los tribunales de San Pablo: Berezovski -expresa textual el dictamen de los fiscales- “recibió dos condenas criminales en territorio ruso, cada una de ellas de diez años de prisión, por crímenes de lavado de dinero, fraudes empresariales, remesas irregulares de dinero al exterior y participación en organizaciones criminales destinadas a la práctica de fraudes en gran escala”. Y agrega el dictamen más adelante: “Sus operaciones se concretan con la utilización de diversas ‘offshores’ que tienen como único y conocido propósito distanciar al inversor y el origen ilícito de los recursos de su destino final, en este caso, la adquisición y venta de jugadores y productos en clubes de fútbol”. Berezovski se presenta como un perseguido político de Putin en Inglaterra, donde está exiliado desde septiembre de 2003 y donde los dineros que manejan a los clubes de fútbol tienen orígenes cada vez más exóticos: Abramovich , gran amigo y socio de Berezovski, en el Chelsea, Mohamed Al Fayed con el Fulham y ahora el magnate estadounidense Malcom Glazer nada menos que en el Manchester United. La Premier League no pregunta de dónde vienes, sino cuánto tienes. La sociedad MSI-Corinthians nació en la mansión inglesa de Berezovski. No en la de Weybridge, que incluye cancha de golf. Sino en la de Chelsea, muy cercana a la de su protegido Abramovich. Allí fueron recibidos los dirigentes de Corinthians para decidir primero el gerenciamiento del MSI y luego el pago record de 20 millones de dólares por Tevez. Pero es Digón el que aporta un nuevo dato sobre Berezovski: “En enero estuvo en la casa de los Macri en Punta del Este”. Afirma el ex vice de Mauricio, que seguramente guarda muchos otros ases en la manga después de trabajar ocho años con él.
Mascardi, HAZ, Fondo de Inversión, filial europea primero con Badajoz y luego con Villarreal, rumores de vínculos con Blanquiceleste SA, jugadores de Boca que van y que vuelven (salvo Bermúdez, por supuesto) y, ahora, mafia rusa. Son demasiados cruces llamativos para el empresario que había arribado al fútbol con la promesa de adecentar a la pelota. Porque la pelota, perdón Diego, la pelota sí se mancha.

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