Adherentes de la pagina

domingo, 1 de marzo de 2009


Tendencias
La hora de la espiritualidad
Después del hippismo, la autoayuda y la new age , nuevas formas de búsqueda espiritual y equilibrio interior hacen furor en las clases medias urbanas de la Argentina, en una suerte de revolución cultural que combina meditación, ecología, yoga, respiración, y que, a diferencia de anteriores corrientes alternativas, seduce también al establishment empresarial y político Por Laura Di Marco
Mayo de 2008. Un grupo de 4000 personas cantan y se balancean con velitas encendidas en el campo del club Gimnasia y Esgrima de Buenos Aires (GEBA). Parece la antesala de un recital, pero no lo es. Se trata de un acto espiritual. Y la multitud espera la aparición del líder humanitario Ravi Shankar, en su tercer paso por la Argentina. Fue en esas visitas cuando les enseñó sus técnicas de respiración y de liberación del estrés a Mauricio Macri, Jorge Telerman y al rabino Sergio Bergman, entre otros políticos y altos ejecutivos. También, en 2008, el libro de Ari Paluch, Combustible Espiritual, se convirtió en best seller con 140 mil ejemplares vendidos, después del éxito del segmento radial sobre espiritualidad cotidiana que el popular periodista insertó, hace ya unos años, en el magazine de actualidad que conduce. En la misma línea, el yoga, que hace apenas 25 años se consideraba como una práctica extravagante, propia de hippies o sólo para la tercera edad, pasó a transformarse en una tendencia mundial: en Argentina, como en el resto del mundo, se vive una verdadera "yogamanía", proliferan los centros de instrucción, cada vez más empresas incluyen programas de yoga para sus empleados y hay más variedades de propuestas que incluyen la inmersión en la práctica, desde encuentros hasta "viajes yóguicos".
En qué clase de búsqueda está embarcada la clase media urbana, o al menos una porción de ella? ¿Qué insatisfacciones vienen a cubrir estas nuevas exploraciones? ¿Se trata de una búsqueda de respuestas que no logró dar el psicoanálisis?¿O de las promesas que la política no logró cumplir, por ejemplo? ¿Está en marcha, como propone Alain Touraine, un cambio cultural que nos está conduciendo de una sociedad de conquistadores a otra de autorrealización?
¿Un repliegue al reino de lo individual, ante la imposibilidad de generar cambios sociales más profundos? ¿O simplemente la vuelta a ese viejo anhelo humano que es la búsqueda de la felicidad? Búsqueda de la felicidad. Abundancia material. Calidad de vida. Eso es lo que promete el libro El Secreto, otro best seller del último año, consumido básicamente en la clase media y alta.
Propuesto como un manual de sabiduría espiritual en el que se apela a la necesidad de cambiar el "software" interior, lleva vendidos 93 mil ejemplares en nuestro país desde fines de 2007. A principios de año, se lanzó oficialmente la película, a pesar de que ya venían circulando copias bajadas de Internet desde hace más de un año. Aun así, El Secreto encabezó la lista de las películas más demandadas en febrero, según datos proporcionados por Yenny, El Ateneo, Dromo y Tematika.com, entre otros puntos de venta. ¿Una nueva ideología, la ideología del bienestar? Por lo pronto, ya tiene su manifiesto: comer sano y rico, buscar el equilibrio en el manejo del tiempo, la preocupación por la ecología, vivir más lentamente, tal como promueve la filosofía " slow " (lento), en reacción a lo " fast ", también surgida a partir de un libro exitoso: Elogio de la lentitud , de Carl Honoré, de 2004.
El Arte de Vivir, la ONG de Ravi Shankar que tiene sedes en 150 países y cuenta con la mayor red de voluntariado del mundo, es un fenómeno en sí mismo, que creció exponencialmente en los últimos tres años en la Argentina. Claro que este líder espiritual, a quien todos llaman Sri Sri, no es de los que viven aislados meditando en un templo; más bien todo lo contrario: lejos de los retiros, participa activamente en los conflictos políticos como mediador por la paz en Medio Oriente. Hizo exposiciones en el Foro de Davos, en el Parlamento Europeo, es consejero en cumbres de Naciones Unidas y actualmente tiene una relación estrecha con el vicepresidente de Obama, Joe Biden.
En el corazón del sistema
Tampoco sus métodos para la liberación del estrés y la violencia interna, que enseña a través de técnicas para respirar, son consumidos por "adoradores del sol", como diría la periodista española Beatriz Goyoaga, coordinadora del Arte de Vivir en Argentina. Se refiere a que, según datos proporcionados por la ONG, el 80 por ciento de los demandantes son jóvenes universitarios, ejecutivos, empleados de grandes firmas. Empresas como Coca-Cola, Procter and Gamble -dueñas de marcas como Gillette, Head and Shoulders, pañales Pamper- o Telefónica firmaron convenios para que sus empleados aprendan a respirar, relajarse, centrarse. Macri también firmó con Ravi Shankar un convenio -que todavía no entró en vigencia- para llevar la enseñanza del Arte de Vivir a las escuelas porteñas.
"Pero también estamos llevando estas técnicas de no violencia a las cárceles, y es deslumbrante ver cómo, cuando un preso se conecta con su interior, calmando su mente con la respiración, puede, incluso, llegar a responsabilizarse por sus acciones pasadas", explica Juan Mora y Araujo, hijo del encuestador Manuel Mora y Araujo, y uno de los 62 instructores de esta ong en la que también participan, entre otros, Francisco Moreno Ocampo -ejecutivo en el área de finanzas e hijo del ex fiscal Luis Moreno Ocampo- y Esteban Coll, ex gerente del Grupo Clarín.
Justamente: he aquí una clara diferencia con la cultura del hippismo de los años sesenta y los gurúes pacifistas que consultaban Los Beatles. Las búsquedas ya no son marginales, propias de una cultura joven que se ubica fuera del sistema de consumo; por el contrario, muchos de sus practicantes son líderes, políticos, altos ejecutivos. Gente, en definitiva, con altas responsabilidades sociales o laborales.
Claro que habría que subrayar, en este punto, que la espiritualidad que busca esta clase media no equivale -o no equivale necesariamente- a la de la religión. Así lo explica la futuróloga norteamericana Patricia Aburdene en su libro Megatendencias 2010 : "Espiritualidad significa hoy sed de algo más: de la paz interior, de la autorrealización, de contacto con la naturaleza, de aquellas cosas que no se pueden comprar con dinero. La búsqueda de la espiritualidad es la mayor megatendencia de nuestra era".
Aburdene es una periodista norteamericana que trabajó muchos años en la revista de negocios Forbes y realizó diferentes estudios integrando la investigación corporativa con la espiritualidad. Como resultado de ese trabajo, ella se ha dedicado a explicar y difundir por qué cree que los valores, el liderazgo y la conciencia social van a transformar el capitalismo moderno.
Llama la atención, entonces, que esta tendencia de "buscar algo más" que lo que vemos y podemos comprar, "algo" que no necesariamente es material ni tampoco religioso y que, sin embargo, embandera a tanta gente, no suscite algún interés por parte de los intelectuales o del mundo científico en general, aunque sea por mera curiosidad académica. En rigor, el mundo académico parece tener tres reacciones frente a este fenómeno: lo ignora; le resulta sospechoso o directamente lo desprecia por no considerarlo serio o comprobable desde la razón.
De modo que, hoy por hoy, son los investigadores de mercado, como Guillermo Oliveto, CEO de la consultora CCR, quienes más datos acumulados tienen sobre el tema: "La vida sana y el bienestar -que no significa otra cosa más que estar satisfecho con la vida que se lleva-, tomados como ejes de una de las principales tendencias en las conductas del consumo de alimentos y bebidas, no son más que otra expresión tangible de la creciente búsqueda de equilibrio, que hoy resulta tan escaso como elusivo".
Otro que parece haber sintonizado con este clima de época es el periodista Ari Paluch, y lo hace desde su magazine de actualidad El Exprimidor . Lo explica: "Lo que más me pregunta la gente es cómo se medita; y el tachero, que antes me hablaba de fútbol, ahora me pregunta por [Deepak] Chopra. Creo que si el 5 por ciento de la Argentina meditara, viviríamos en otro país, con más convivencia, menos maltrato, más respeto por el otro. La gente se hartó de la competencia feroz, de correr detrás de objetos que finalmente no le dan felicidad, y la vuelve a dejar vacía. Hay una gran necesidad de ser personas más reales, y de encontrar quietud y mayor conexión con uno mismo."
Pero, ¿se trata de un camino real o de una moda pasajera? Dicho de otro modo: ¿es una búsqueda verdadera o sólo otra forma de consumismo disfrazada de espiritualidad?
Es probable que no haya una sola respuesta y que ambas cosas coexistan en esta búsqueda de sentido que ataca a algunos sectores de la clase media, eternamente insatisfechos con las zanahorias que van alcanzando, ya sean metas materiales o logros profesionales.
Según la médica psiquiatra Mónica Pucheu, titular del capítulo de Psicooncología de la Asociación de Psiquiatras Argentinos (APSA), quien también participa de estas nuevas búsquedas espirituales después de haber buscado cambios a través de Freud y la política: "La espiritualidad es un camino lento y de transformación profunda, que busca diluir el ego, que es el que está siempre pendiente de tener, de cómo me ven, de consumir. Pero mucha espiritualidad light , también, mucha moda. Lo que se promueve en la película El Secreto , por ejemplo, para mí es parte de lo que se ha llamado new age , que es una espiritualidad alineada con el consumismo: si pienso que quiero tener una casa, la tengo. Pero eso no tiene nada que ver con una conexión interna, ni con un cambio profundo"
Crónicas de la ultramodernidad
En el plano de las ideas, es el sociólogo Alain Touraine, uno de los intelectuales más influyentes en América latina, quien ofrece algunas pistas sobre nuestro tema. El advierte sobre el advenimiento de una revolución cultural silenciosa -y lo aclara bien: hay un cambio cultural, no político-, ya en marcha, que nos está conduciendo de una sociedad de conquistadores a otra de autorrealización.
"Hoy ya no se trata tanto de descubrir el mundo, sino de descubrirnos a nosotros mismos", apunta Touraine. Y es en estos cambios profundos donde inscribe, por ejemplo, las preocupaciones sociales por el cuidado del medioambiente: es que hoy ya no se trata tan sólo de estar bien individualmente sino, además, de incorporar al mundo privado la consciencia colectiva.
Como dice el asesor de imagen ecuatoriano, Jaime Durán Barba: "Si antes estaba bien visto ser cazador, hoy lo que da prestigio es ser ecologista". Podrá acusarse al ecuatoriano de simplista o de poco consistente, pero nunca de no conectar bien con lo que sucede en el escenario urbano: como asesor principal, es el autor intelectual de la transformación de Macri en Mauricio, que tantos réditos electorales le trajo al jefe porteño.
Con la creación de su concepto de ultramodernidad, el filósofo español José Antonio Marina anuncia la aparición de un paradigma nuevo, tras el fin de la posmodernidad -cuyo final dictamina en su libro Crónicas de la ultramodernidad- , que nos ayuda a entender en qué contexto se dan estos nuevos modos de ser y ver el mundo.
Según Marina, la defensa a ultranza de la individualidad, la libertad, el descreimiento y el puro presente, valores propios de la posmodernidad, entraron en crisis. Es por eso que muchos ven en el liderazgo mundial de Barack Obama un emblema de este clima de época. Básicamente en aquellos discursos en los que llama a la responsabilidad colectiva para salir de la crisis y culpa a la "codicia" y al "egoísmo" de la actual debacle financiera. Es que la ultramodernidad, en palabras de Marina, su creador, entraña una revolución moral.
El español explica el advenimiento de esta era como una síntesis cultural entre la modernidad y la posmodernidad, es decir, como el ejercicio de una libertad con responsabilidad. Ahora, se incorpora una dimensión ética.
Así, mientras en la modernidad imperaban los grandes relatos que no dejaban espacio para las necesidades individuales -capitalismo, marxismo, todos los "ismos"-, el orden, el dogma y las polaridades como izquierda o derecha, o bien colectivo versus individual, la posmodernidad trajo su contracultura. Entonces vinieron el valor del individuo por sobre todo, la emoción, el descontrol, el puro presente, y una carrera segura hacia el sinsentido. Para Marina, entonces, la ultramodernidad vendría a unir lo que antes estaba desunido. Sus palabras emblemáticas son: consenso, equilibrio, el valor de la vida humana, diversidad, respeto.
En ese contexto es donde entra la sed de espiritualidad entendida en un sentido amplio, sin dogmatismos, y no con un tinte religioso.
Interiores
Ir hacia adentro, como marca Touraine. Esa es la necesidad que sintió la médica psiquiatra Mónica Pucheu, a principios de los noventa, después de haber militado en la izquierda setentista y haber adscripto a las verdades de su generación: Freud, Perón, Martí, Ernesto Cardenal.
Lo cuenta: "En los noventa empecé a sentir una profunda desilusión con respecto a los paradigmas en los que yo había creído siempre y que ya no me nutrían. Las promesas de los proyectos políticos se frustraban a poco de llegar al poder. Eran los mismos argumentos repetidos por distintos actores; el psicoanálisis no curaba mi angustia, ni la de mis pacientes. Tuve una crisis muy fuerte y empecé a sentir la necesidad de una búsqueda más trascendente: es en la que hoy estoy embarcada".
Desde la academia, la socióloga Ana Wortman, investigadora en el Instituto Gino Germani, coincide con Pucheu en la crítica al psicoanálisis: "La gente que participa de estas prácticas, pasó por el psicoanálisis y se desilusionó. Así que, en este sentido, creo que el psicoanálisis no logró adaptarse a toda una serie de transformaciones que tienen que ver con las tecnologías y los cambios en las relaciones sociales que se generan a partir de ellas. No logró resolver la angustia humana o tiene muchas limitaciones. Observo a los psicoanalistas en los congresos, no digo todos, pero sí bastantes, que tienen una actitud muy prejuiciosa frente a la cultura actual."
En defensa del psicoanálisis, Enrique Katz, integrante de la Escuela de Psicoanálisis de los Foros del campo lacaniano, explica que, aunque en sus propios tiempos -o en los del inconsciente, mejor dicho-, el psicoanálisis no sólo cura sino que es una práctica subversiva porque invita al sujeto a descubrir su propio deseo y, en última instancia, a encontrarse con su propio camino, más allá del deseo de los demás o los caminos que los demás pensaron para él. Katz dice: "Precisamente por eso es atacado el psicoanálisis: porque es subversivo, porque opera con una ética opuesta a la de la política, apunta a revelar las redes en las que las personas están atrapadas, desarticular sus lazos artificiales, sacar a la luz sus verdaderas creencias. Retira al sujeto de la escena y le pregunta qué quiere, más allá de los discursos dominantes".
"El peligro de estas nuevas espiritualidades es que pueden buscar "reparar" al sujeto para devolverlo al sistema", contraataca.
En una entrevista de los últimos años concedida a la revista Sophia , un pensador conocido e influyente sostuvo: "Estoy esperanzado en el futuro de Europa. Padecí la Segunda Guerra Mundial y ahora personas distintas conviven sin matarse. Hemos de aprender el arte de vivir. Nuestro continente perecerá si no constituye una referencia espiritual clara. La diversidad cultural es una tarea diaria. Debemos aprender a compartir valores con el otro".
¿Lo dijo Ravi Shankar?
Frío. Helado. Negativo. Lo dijo el sociólogo polaco Zygmunt Bauman, gran cuestionador del consumismo extremo y la vida basada en la imagen.
© LA NACION
Apuntes de un fenómeno
Según datos proporcionados por El Arte de Vivir, la ONG de Ravi Shankar, el 80 por ciento de los demandantes son jóvenes universitarios, ejecutivos, empleados de grandes firmas.
El gobierno porteño firmó con Ravi Shankar un convenio -que todavía no entró en vigencia- para llevar la enseñanza de El Arte de Vivir a las escuelas de la ciudad.
Según las investigaciones de la periodista norteamericana Patricia Aburdene, que realizó diferentes estudios integrando la investigación corporativa con la espiritualidad, la búsqueda de la espiritualidad es la mayor megatendencia de nuestra era.
Combustible Espiritual, el libro del periodista radial Ari Paluch, se convirtió en best seller con 140 mil ejemplares vendidos. El secreto, de Rhonda Byrne, un manual de sabiduría espiritual en el que se apela a la necesidad de cambiar el "software" interior, lleva vendidos 93 mil ejemplares en nuestro país desde fines de 2007.

No hay comentarios: