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sábado, 21 de marzo de 2009

Para los que redactan textos


· Neologismos en discusión
· De esa inmensa cantidad de palabras nuevas que invaden la lengua todos los días, ¿cuáles son las necesarias y cuáles las innecesarias? Esa tensión entre neologismos totalmente aceptados y adecuados para expresar una idea y una forma de pensar, y otros absolutamente rebuscados (y mal usados), se actualiza día a día. Aquí, una aproximación a un tema fascinante, con ejemplos y opiniones de expertos en la lengua.
· Por: Susana Anaine


El Centro Pierre Auger, en Malargüe, se encarga de medir las miles de partículas de rayos cósmicos que golpean la Tierra a cada segundo. Si algún observatorio se propusiera hacer lo mismo con las palabras que viajan de una lengua a otra o con las que nacen en cada una de ellas, probablemente los continuos golpes harían colapsar el sistema que los capta. Y, sí, las lenguas son fábricas de neologismos que, apenas salidos del horno, se diseminan por todos lados: notas periodísticas, avisos publicitarios, SMS, novelas, ensayos, paneles de críticos o mesas de opinólogos, tiras diarias. Como son sociables, inquietos y, por lo común, dan cuenta del presente, se les asigna un gran protagonismo y se los asimila rápidamente. Por eso, de entrada o luego de transcurrir un tiempo, en la mayoría de los casos las palabras nuevas revitalizan el idioma, hayan surgido en él o no.Hace poco, en una columna, Beatriz Sarlo acuñó la locución aduana lexicológica para referirse a la actitud de quienes, por un "complejo de inferioridad lingüística", se niegan a creer que las "importaciones y contaminaciones de vocabulario forman parte de la vida de las lenguas, que demuestran su fuerza en la medida en que son capaces de incorporar lo que viene de afuera". [...] Resetear una computadora equivale a decir que se vuelve a cero para que ella comience nuevamente sus operaciones. Carezco de una palabra mejor y resetear me suena perfectamente integrada al sistema del vocabulario castellano".Sin embargo, a pesar de que estos intercambios contribuyen a la vitalidad del idioma, a su perduración, como lo prueba la lectura de cualquier historia de la lengua o de los diccionarios que incluyen en los artículos la datación de sus entradas e incluso de cada una de las acepciones, no toda palabra nueva, sobre todo si es recibida como préstamo, se integra apropiadamente al sistema en el que se gesta o ingresa. Para Humberto Hernández, catedrático de Lengua Española en la Facultad de Ciencias de la Información (Universidad de La Laguna), un buen número de neologismos se utiliza por una razón esnobista y puramente mimética. "Se han oído –dice– de boca de otros en quienes se reconoce cierto prestigio, se reproducen sin ningún tipo de control y se convierten en clichés intolerables; y estos son muy frecuentes en los medios de comunicación. Aparecen de este modo acepciones neológicas como vendedor agresivo, o voces extranjeras, absolutamente innecesarias como compact, feedback o feeling".Acerca de este tipo de palabras, el lingüista español Fernando Lázaro Carreter decía que tal vez fuera conveniente "despegarlas de su original foráneo y ponerles etiqueta propia". El tiempo, o quizá el trabajo paciente de quienes impulsan este pensamiento, en muchísimos casos le ha dado la razón a Carreter: hoy es más frecuente el uso de los equivalentes disco compacto y retroalimentación. También resetear, el verbo citado por Sarlo, es una asimilación del préstamo inglés reset. Esta adecuación se denomina híbrido porque integra en una palabra formas de distinta procedencia; en esta circunstancia una raíz inglesa y un sufijo castellano de derivación. (Véase el recuadro sobre algunos procedimientos de formación de neologismos).¿Y qué va a pasar con feeling? ¿Cuál es el equivalente castellano más próximo a la locución verbal tener feeling con alguien? Tener piel, quizá, otro neologismo con algunas décadas; o uno más reciente como la locución verbal tener onda.Actitud de los hablantesEn un país como el nuestro, donde a muchos hablantes les gustan las palabras extranjeras sin adaptar, sobre todo si se trata de anglicismos o galicismos, no es fácil lograr que tal propuesta funcione siempre. A estos cálidos receptores podríamos llamarlos, neológicamente, los aceptáticos, los del sí fácil o los muy amplios.En el extremo opuesto de quienes emplean indiscriminadamente neologismos de cualquier laya, están los que se niegan a usarlos si no los encuentran registrados en un diccionario. Este último grupo, formado por los respetuosos inseguros, los legalistas o como quieran llamarlos, debe resignarse con mucha frecuencia a la realidad de que los diccionarios generales –como no puede ser de otra manera– van detrás del idioma, porque representan la última estación de una larga secuencia: los hablantes crean, la comunidad descarta esa creación o la toma y va mostrando preferencias en cuanto a sus variantes, los estudiosos observan, analizan, proponen; las academias de la lengua regulan. Ni hablar de cuando ese proceso lleva más de un siglo. Un caso. No siempre se sabe cómo usar la locución sustantiva mala conciencia, "insatisfacción que se siente por no obrar de acuerdo a los propios valores morales" y "acción o expresión débilmente reparadora de quien tiene esa insatisfacción", forma compleja que aún no figura fuera de los diccionarios especializados, pero que es bastante empleada en el habla culta. Hoy no es un neologismo, es un simple, llano y viejo omitido. Otro: el argentinismo mayo/ya, adjetivo aplicado a todo acontecimiento relacionado con la Revolución de Mayo, se usa predominantemente como modificador de sustantivos femeninos, por ejemplo gesta maya o fiesta/s maya/s (los hechos de la Semana de Mayo de 1810 / su celebración anual). Documentación: 1813. ¿Este neologismo de la Asamblea del Año XIII seguirá excluido hasta el Bicentenario? Tales omisiones pueden remediarse parcialmente consultando diccionarios especializados. En cuanto a las palabras recientes, con suerte figuran definidas en algunos diccionarios de neologismos o están registradas en bases de datos que los contienen. Estas bases, que normalmente no incluyen definiciones, son una fuente interesante para confirmar las variantes de escritura o ejemplos de uso, si no fuera que se hallan destinadas a especialistas y que no son de fácil acceso para el común de los mortales. Hace poco, el Centro Virtual Cervantes presentó una extracción de las bases de neologismos. Sin establecer valoraciones, como un inventario a partir del cual se pueden establecer diagnósticos y realizar trabajos analíticos sobre el uso y la implantación de los neologismos en español y en catalán, se muestran allí los neologismos procedentes de los medios de comunicación, escritos y orales. Sin ser especialistas, en un punto cercano al del investigador, se ubica intuitiva o voluntariamente el hablante curioso, interesado, con sensibilidad lingüística, preocupado por no aplicar el "todo vale" a la lengua. Los integrantes de este grupo bien podrían ser llamados los amantes: quieren, respetan la libertad del otro y, celosos del objeto amado, lo cuidan sin convertirse en vulgares guardabosques del idioma. Lo dejan crecer. Para el periodismo, la literatura, el ensayo, el empleo de neologismos es el pan con que se nutre la escritura, el pulso de un momento histórico, la mejor vía para transmitir sin vueltas una información, una imagen, una idea.El seguimiento de un neologismo, su hoja de ruta, indica por dónde pasan los intereses de la sociedad, los valores imperantes, sus descubrimientos. Sirve para contar la historia porque él mismo indica la dirección de la mirada. Por ejemplo, la presencia de la construcción eufemística daño colateral narra las responsabilidades de los actores de los conflictos armados desde la guerra del Golfo hasta hoy, la banalidad con que se invita a pensar la muerte de civiles, la banalidad con que se invita a pensar la muerte de civiles, la destrucción de ciudades enteras.En un ensayo, el brasileño Emir Sader emplea la frase cementerio teórico para referirse a la descalificación de la teoría promovida por el neoliberalismo a partir de 1989. A esta postura ideológica, cercana al concepto del "fin de la historia", de Francis Fukuyama, la lengua inglesa la nombró con la sigla TINA (Theare Is No Alternative). El tecnicismo cementerio teórico tiene veinte años, pero se lo siente neológico, al menos en su difusión en el habla culta general y en la vigencia de lo que describe. Yendo un poco más lejos, la jerga oscura de los culturosos a los que alude Juan Bedoian (véase recuadro), ¿no es una forma más de descalificar la teoría bajo una aparente exaltación? Se simula comunicar, se simula saber. Entonces no hay comunicación, no hay conocimiento. El lector queda excluido. Y, sí, como la palabra mayo.
· Clases de nuevas palabras
· Desde un punto de vista lingüístico, los neologismos podrían clasificarse con estos parámetros:Palabras nuevas partusa, partuza; partucero, ra partusa o partuza. f. Argentina y Chile. Coloquial. Fiesta descontrolada en la que se practica el sexo grupal, se bebe mucho alcohol y se consumen drogas. La palabra se está difundiendo en otras regiones hispanoamericanas y en España. partucero, ra. Adjetivo. Argentina y Chile. Coloquial. Se dice de la persona que suele organizar partuzas o asistir a ellas. Palabra nueva formada por derivación de una existentebotinera. De botín, calzado deportivo muy resistente. Adjetivo. Argentina. Se dice de la mujer que suele entablar relaciones amorosas con jugadores de fútbol famosos. Se usa también como sustantivo femenino. "Donde hay un jugador de fútbol exitoso, hay plata (dinero), fama y detrás de eso, una botinera."Revisitar. Verbo transitivo. En crítica literaria, analizar o recrear obras del pasado, o las posturas de sus autores, desde nuevas perspectivas.Palabra nueva originada en un acortamientoArgento, ta. Adjetivo. Argentina. Coloquial. Propio de los argentinos. Se usa más en la locución verbal ser muy argento. // m. y f. Argentina. Coloquial. Natural de la Argentina. Es forma abreviada de argentino, na. "Last but not least, es muy *argento* (como te gusta decir) eso de minimizar el trabajo y el mérito ajeno."; "La pieza retrata la sociedad menemista de los 90, que va a Miami de vacaciones. De formas muy *argentas*, es una familia brutal" (Luis Ziembrowski, actor). Celu. Sustantivo masculino. Teléfono celular, aparato portátil de telefonía móvil. La voz es un acortamiento de celular.Emo. adj. Se dice de la subcultura de los emos. Usado también como sustantivo. Emos. pl. Tribu urbana de jóvenes angustiados, hipersensibles, tendencia a autolastimarse, que suelen vestir de negro. Viene del inglés emos, abreviatura de emotional.Palabra compuesta con otras existentesCuidacasas. Adjetivo. Argentina. Se dice de la persona que, a cambio de un monto voluntario de dinero, se ofrece para vigilar una casa transitoriamente. Se usa como sustantivo de género común a los dos sexos (un cuidacasas, una cuidacasas). Prestanombre. Adjetivo. Argentina. En la jerga policial, es la persona cuyo nombre utilizado otra para realizar un acto delictivo. Usado como sustantivo de uso común a los dos géneros. Acepción nuevaCampo (el). Figurado. Conjunto de entidades representativas de la actividad agroganadera. "El campo debe cambiar el modo de la protesta y no porque lo diga Kirchner."Pochoclero, ra. Adjetivo. Argentina. Coloquial. Despectivo. Que corresponde a la cultura propia de quienes dan preeminencia al consumismo y siguen fielmente las tendencias de la moda; de rebaño. Tóxico, ca. Adjetivo. Dicho de un crédito, especialmente hipotecario, que difícilmente pueda ser cobrado.Forma compleja nueva (algunas locuciones)Echar flit. Locución verbal. Argentina. Coloquial. Rechazar o apartar a alguien abiertamente de un proyecto, cargo, o de cualquier tipo de intervención en un asunto. Neologismo. Flit (marca registrada) es el nombre de un matamosquitos que se echaba con una máquina de rociar hace muchos años. Faltarle a alguien un jugador. Locución verbal. Argentina. Coloquial. Figurado. Ser muy poco inteligente. // Coloquial. Figurado. Argentina. Estar un poco loco, corto de entendederas. Esta expresión neológica, de la que parece no haber todavía suficiente documentación en textos literarios o periodísticos ni en obras de lexicografía, es una metáfora basada en una realidad del deporte: cuando un equipo compite con un jugador menos, se halla en desventaja frente a su contrincante. 1. Sentido recto: "A Simeone le falta un jugador." 2. Uso metafórico: Respuestas a una pregunta hecha en un foro: "He's one can short of a full six pack: ¡¡Hola!! Tengo que traducir un texto donde aparece esta expresión, sé que es una forma canadiense de decir que alguien está loco, pero querría saber la traducción literal y no sé como unir «can» con «short». «Tiene una lata del pack de 6»". Respuesta: "1) Le falta una lata para completar el paquete de seis de la bebida. 2) Es algo corto de entendederas.3) [....] En Argentina decimos: «le falta un jugador...»"
· Ejemplos varios de neologismos
· Sin registro en los diccionarios generalesCiberfarmacia. Sustantivo femenino. Comercio de medicamentos a través de Internet.Luqueado, da. Adjetivo. Dicho de una persona, que se ha arreglado con mucho esmero y estilo propio para una determinada ocasión. Del uso en español del préstamo inglés "look", apariencia, arreglo, palabra difundida con este valor. Generación X. Loc. sustantiva. La integrada por personas nacidas en los Estados Unidos o en grupos de nivel sociocultural alto de otros países en los años de 1960 y 1970. Postear. Verbo transitivo. Hacer circular un mensaje (texto, música, fotos, bases de datos, videos) a través de grupos de noticias o foros de Internet. Castellanización del verbo inglés to post 'enviar'."Puticlub. Sustantivo masculino. Coloquial. Boliche donde se realiza oferta de sexo.Propuestos a la RAE para ser incorporadosAgroecología. 1993. f. Agricultura ecológica.Antiincendios. 1989. adj. Destinado a apagar incendios o a evitar su propagación. Equipo, manguera antiincendios.Antipolio. 1979. adj. antipoliomielítico.Antipoliomielítico, ca. 1964. adj. Med. Dicho especialmente de una vacuna. Que previene la poliomielitis.Antisolar. 1975. adj. Que protege de los efectos molestos o perjudiciales de la radiación solar. Gafas antisolares.Bicampeonato. 1996. m. Dep. Campeonato que se gana por segunda vez, o junto con otro. Bioclimático, ca. 1987. adj. 1. Biol. Relacionado con el clima y los organismos vivos. Condiciones bioclimáticas. // 2. Dicho de un edificio o de su disposición en el espacio. Que trata de aprovechar las condiciones medioambientales en beneficio de los usuarios. Viviendas bioclimáticas. Urbanismo bioclimático. Desprogramación. 1986. f. Acción de desprogramar.Dolby. 1986. m. En una grabación acústica, sistema que reduce el ruido de fondo.Energizante. 1975. adj. Que proporciona energía. Acción energizante. Farmacodependencia. Adicción a los medicamentos o a las drogas.Farmacodependiente. 1977. adj. Dicho de una persona. Que padece dependencia.
· Contaminan" o enriquecen?
· Por: Leonor Acuña, Secretaria Académica De La Facultad De Filosofía y Letras (UBA)
· El hablante no sólo transmite la información contenida en las palabras que usa o en las oraciones que pronuncia sino también información sobre sí mismo: quién es, qué edad tiene, a qué sexo pertenece, dónde nació. Muchos de los términos son creados –por jóvenes, por tribus urbanas– con esa finalidad. Que los hablantes quieran dar información sobre el grupo al que pertenecen creando palabras nuevas es lo propio de la lengua. Si es o no válida la invención de estos neologismos dependerá del contexto de uso.¿"Contaminan" o enriquecen la lengua? Eso depende de la actitud que, frente a la lengua del hablante, tienen los demás, los que opinan si ciertas palabras nuevas tienen o no sentido porque ya existe otra palabra para decir lo mismo, etc. Allí se producen las tensiones entre los guardianes de la lengua –las Academias, los docentes, etc.— y los hablantes comunes y corrientes. En general, uno se opone a ciertos neologismos por una cuestión estética, porque "me suena mal". Alguien me preguntaba si existe la palabra "reiteratorio" (en lugar de "reiterativo"). No es imposible decirlo así (porque existe la raíz de la palabra y existen los sufijos), pero uno tiende a manejarse con un repertorio de palabras que figuran en un diccionario. Así, para mí, "agendar" es una palabra espantosa. La lengua tiende a enriquecerse con préstamos de otras lenguas, aunque estos flujos no son inocentes ni ideológicamente neutros. Desde una postura más nacionalista puede considerarse que las palabras que entran del inglés son innecesarias y muestran el esnobismo de los hablantes. Como oyente uno también evalúa la palabra del otro y va clasificando al hablante en distintas categorías, aunque a veces se producen equívocos a causa de los prejuicios. Desde la sociolingüística miramos la lengua desde una perspectiva dinámica, que es la de los hablantes, más que desde la perspectiva de la lengua ideal. El dinamismo de una lengua está dado por sus hablantes: escritores, líderes o ciertos individuos populares. Las metáforas de Maradona, por ejemplo, son extraordinarias: "me cortaron las piernas". A la hora de idear un sistema argentino de certificación del español como lengua extranjera, si bien ocurre que uno trata de enseñar una lengua lo menos "marcada" posible, los estudiantes extranjeros, aquí preguntan qué quiere decir "mina", "trucho" o "feca". Y eso forma parte de la riqueza del acercamiento a una lengua porque el contacto con el otro siempre instaura la reflexión sobre la diferencia. Los alumnos preguntan si le vamos a enseñar a hablar de "vos", y lo que vemos es que cuando esos estudiantes vuelven a sus países utilizan el "vos" para marcar el lugar en el que estudiaron. Incluso los primeros colonizadores utilizaban las palabras aprendidas aquí, porque era una forma de prestigiar la información. En 1493, Antonio de Nebrija registra la palabra "canoa" en el diccionario, un texto científico.
· No entiendo lo que me dice!
· Por: Juan Bedoián, editor general de la Revista Ñ.
· ¿Qué opinan si escribo –es una suposición– que esta columna es una discursivización de ciertas esterotipias verbalizantes, trata de la variabilización de la prototipicidad academizante y despliega argumentatividades sobre ciertos hipodigmos lexicales del aparataje modélico de la lengua?Mejor, no me lo digan. Demasiados reproches –muchos justificados– recibimos ya los periodistas por el uso que perpetramos a diario con nuestro zarandeado español, víctima de desmanes como los que acabo de citar y de otros malos usos lingüísticos como las reiteraciones de términos, incomprensión de determinadas acepciones, uso de extranjerismos innecesarios, cambios de género y empobrecimiento léxico. Créase o no, las adiposidades verbales mencionadas al principio fueron seleccionadas entre artículos publicados en medios culturales. Porque allí es donde existen más posibilidades de toparse con estos engendros que ya uno no sabe cómo clasificar: ¿neologismos, barbarismos, jergas o simplemente juergas? Leo diariamente textos sobre temas culturales y de vez en cuando me topo con alguna palabra que participa de ese lenguaje críptico lleno de ¿neologismos? que sólo entienden unos pocos. Y me pregunto: ¿debo yo someter al lector a padecer la lectura del fragmento de una crítica literaria que seleccioné de un diario de España? El tipo escribió: "Es como si la reconstructivización estuviese condenada a ser una textualidad autofágica que remite a su propia signicidad". Estoy en contra de los purismos o dictaduras académicas y estoy a favor de la vitalidad deseable y necesaria que debe tener toda lengua. Los neologismos y regionalismos aportan a la riqueza lingüística porque expresan un concepto nuevo, propio de la palabra, una forma de ser y pensar. Pero están los necesarios y los innecesarios. Yo tengo un problema personal con los segundos. Cualquier lector que lee –todos son ejemplos publicados en papel– que hay que "taxonomizar la proyectualidad", "contemporaneizar con la sujetualidad", "trasponder la subalternidad" se raja de la lectura. ¿Por qué usar "territorialidad" en vez del más simple y castizo "territorio", "continentados" en vez de "abarcados", "el artefacto escritural" en vez de "escritura", "calidad textural" en vez de "textura"? Y como periodista, ¿cuál es mi responsabilidad con los lectores si dejo pasar estas pompas?Borges dijo con razón: "El tiempo me enseñó algunas astucias: preferir las palabras habituales a las palabras asombrosas". Deberían tener en cuenta ese consejo ciertos intelectuales con tendencia a complicar la realidad en sus textos cuando la cuestión es al revés, simplificar aquello que en la realidad aparece como complejo. Por una razón muy simple: en el periodismo, al menos, no se puede creer lo que no se entiende.

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