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martes, 14 de octubre de 2008

EEUU HISPANO SOBRE LO QUE SIGNIFICA SER LATINO HOY EN ESTADOS UNIDOS
Una odisea de presente y futuro inciertos
Latino o hijo de latinos, no importa, se levanta temprano y parte hacia una entrevista de trabajo. En el camino lo recibe un entorno poblado de gente que ya no lo mira diferente y saturado de publicidad que le habla directamente a él –en inglés o en español, tampoco importa- y de publicidad que –cuando no es exclusiva para él- también lo incluye como interlocutor. Sin embargo, cuando se enfrenta a su potencial empleador tiene que hacer malabares para justificar por qué él se merece ese puesto más que un norteamericano. Y esto último se ha venido acentuando con el tiempo. Es difícil saber a ciencia cierta si la situación de los hispanos que viven en Estados Unidos está mejorando o empeorando. Bajo la sombra de la crisis y la llegada de las elecciones, el asunto se vuelve cada vez más complejo y da que hablar.
Cuando una situación social se torna compleja, el grupo que la atraviesa trata inevitablemente de dar cuenta de lo que está sucediendo; de ponerlo en palabras. La gente habla, repite lo que escucha, opina sobre esas repeticiones y arma sus propios juicios, acertados o no, pero lo cierto es que siempre hay varias campanas de la misma historia que muchas veces resultan –inclusive para los mismísimos emisores de los mensajes- irreconciliables.
Es familiar y hasta suena canónica la opinión de que lo latino es cada vez más popular y aceptado por la cultura general de Estados Unidos. Por otro lado, también se oyen quejas de que la vida en Norteamérica se está volviendo cada vez más complicada para los hispanos. De hecho, esta última afirmación quedó confirmada por un estudio realizado por Pew Hispanic Center hace unas semanas, que reveló que el 50% de los latinos opina que la situación de los hispanos que viven en Estados Unidos es peor hoy de lo que era hace un año. Los motivos que adujo esta población son múltiples y variados, aunque podrían resumirse en dos temas fundamentales: el aumento del desempleo y el refuerzo en las leyes inmigratorias.
“La situación de los latinos ha cambiado mucho”, afirmó Aldo Quevedo, presidente de Dieste Harmel & Partners, en diálogo con este medio, y pintó el panorama sin rodeos: “En estos últimos años hubo redadas en varias ciudades del país. Se echó a andar el proyecto del muro entre México y Estados Unidos. Los políticos están usando el tema de la inmigración para ganar popularidad con los votantes. En Arizona hubo problemas con los envíos de remesas al extranjero, en los que el gobierno federal se involucró creando desconfianza. Los hispanos en Estados Unidos viven un momento interesante porque, por un lado, están siendo el foco de atención a nivel social y político, y por otro constituyen el segmento de donde proviene el crecimiento en la economía del país”.

Sin documentos
“Creo que se ha deteriorado la situación del inmigrante que no tiene documentos”, consideró Pablo Buffagni, chief creative officer de Conill Saatchi & Saatchi, en entrevista con adlatina.com. Explicó: “Si bien es cierto que lo latino es cada vez más aceptado por la cultura estadounidense, hay muchos factores que hacen que la vida sea mas difícil para el recién llegado cuando viene en condiciones pobres. Me parece importante resaltar la diferencia: ser latino en Estados Unidos es más fácil que nunca, pero ser indocumentado, probablemente no”.
De hecho, la fuerza que han adquirido últimamente las leyes migratorias y los controles son una fuente de creciente preocupación para los latinos. El estudio de Pew reveló que el 57% de los latinos se preocupa por la deportación, y esta cifra aumentó un 4% desde el año pasado.
Pero claro, es imposible no reparar en que todo surge y se mantiene en un contexto que trasciende poderosamente la controversia de la situación de los latinos.

Dentro de la misma “Bolsa”
José Mollá, presidente de La Comunidad Miami, también dio su opinión: “Considero que la baja del nivel de vida afecta a todos los americanos viviendo en Estados Unidos, y no sólo a los hispanos. Hubo y habrá más despidos en las empresas y ya se percibe la poco feliz combinación de, por un lado, una gran cantidad de gente buscando trabajo y, por otro, muy pocas empresas buscando nuevos empleados. Esto hace que las entrevistas y los requerimientos sean más exigentes ya que hay mucha oferta laboral”.
Buffagni coincidió: “La situación política y económica del país está lejos de ser la ideal, y eso, por supuesto, tiene su efecto. Si el índice de desocupación crece, el problema de los inmigrantes también. Se están poniendo más rígidas las condiciones para conseguir visa de trabajo. En los últimos dos años ha disminuido notablemente la cantidad de gente que cruza la frontera de manera ilegal para buscar trabajo. El otro día leí que la crisis económica será el mejor control, natural, para la inmigración indocumentada”.
Por su parte, Alain Groenendaal, presidente y CEO de Winglatino, sostuvo: “El estudio de Pew Hispanic confirma lo que vinimos sintiendo el último año, cuando hablamos con los latinos en discusiones en grupo y entrevistas individuales. La reducción de la construcción y la inseguridad de lo que va a pasar con la economía hacen más difícil de sostener la creencia de que aquí van a poder lograr el sueño americano de construir una vida mejor”.
Quevedo sostiene, sin embargo, la creencia de que el público hispano cuenta con otras armas que lo hacen fuerte. “La crisis financiera ha afectado a todos los sectores de la población, aunque creo que los que venimos de Latinoamérica estamos mejor preparados para enfrentar esto último”, afirmó. “Esto se ve en lo que está pasando en muchas categorías de productos y servicios –siguió-. Los hispanos no tienen tanta cautela o miedo de gastar. Puede ser porque están acostumbrados a las crisis de nuestros países”. Aunque advirtió que esto solamente toma en cuenta al segmento de la población que tiene poco tiempo de permanencia en el país. “Los hispanos más establecidos enfrentan otros tipos de situaciones, como los de la vivienda y la crisis. Aunque por otro lado, para los que van a comprar casa por primera vez, hay muchísima oferta de propiedades, por ejemplo”, culminó.
Los efectos del racismo
Según Groenendaal, “la agresividad con la cual se habla en los medios del problema de la inmigración ilegal es cada vez mayor. Históricamente, en Estados Unidos, cada vez que la situación económica empeora, hay una reacción de menos tolerancia del público general hacia los inmigrantes. Pasó con los irlandeses, los judíos, los alemanes y ahora con los latinos”. El presidente de Winglatino sostuvo que hay dos factores que pueden cambiar ese pesimismo: una mejora en la economía (“lo cual puede demorar bastante”) o “que el presidente que se elija en noviembre adopte una retórica menos negativa hacia los inmigrantes, con un programa concreto para ayudar a los ilegales a normalizar su situación”.
Por su parte, Mollá también advirtió sobre el racismo hacia los hispanos: “Existe cierto racismo corporativo que esta situación de crisis en el país despierta en los grupos más extremos. El planteo se basa en por qué dar trabajo a gente de otras nacionalidades cuando hay muchos americanos que no lo tienen. El cupo de visas laborales para extranjeros ya fue reducido a la mitad en los últimos años”. No dejó de mencionar, además, el asunto de los créditos: “Ante la crisis, los bancos se volvieron escépticos y están pidiendo muchas más condiciones para prestarle dinero a la gente, lo cual afecta directamente a la oportunidad de vivir acá. ¿La solución? Que gane Obama

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