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jueves, 22 de octubre de 2009

Campaña de Greenpeace


CONTRA UNA USINA DE CARBÓN ESPAÑOLA EN RÍO TURBIO
Activistas encadenados a un camión
Veintiún ambientalistas de Greenpeace protestan contra el emprendimiento energético que apoya
el Gobierno por su grave impacto en los glaciares.
Fotografía de la nota
"La central de Río Turbio es una insensatez desde todo punto de vista: ambiental, económico y energético", manifestó el director de Campañas de la organización.
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Ruedas y portones les bastaron este miércoles a la tarde a veintiún activistas de Greenpeace para encadenarse a un camión y protestar contra la usina de carbón que una empresa española construye en Río Turbio, provincia de Santa Cruz. Los ambientalistas de la organización no gubernamental bloquearon la barrera de entrada al puerto de Punta Quilla para detener el paso de la caldera y otros materiales destinados al nuevo emprendimiento energético. Greenpeace reclama el cierre de la usina que construye la compañía española Isolux Corsan con el aval del Gobierno Nacional. La central térmica será alimentada con carbón, “uno de los combustibles que tienen mayor responsabilidad en el cambio climático y en el retroceso de los glaciares en todo el planeta”. Desde Río Gallegos y en diálogo con Críticadigital, el director de Campañas de la organización, Juan Carlos Villalonga, comentó la situación que se vive en estos momentos en Río Turbio.“Ayer llegó el barco de China con la caldera para la central. Hubo un intento de bloquear la embarcación y evitar que amarre, pero la prefectura no nos dejó. Ambientalistas se lanzaron al agua como bollas humanas pero no logramos el éxito de la operación”, explicó Villalonga, y agregó: “Ahora los manifestantes permanecen encadenados, a la espera de una solución”.La protesta contra el buque BBC Ontario y contra el camión de transporte busca frenar el “capricho del Estado nacional”. “La central de Río Turbio es una insensatez desde todo punto de vista: ambiental, económico y energético. Santa Cruz posee mejores formas de producir energía sin necesidad de contaminar el medio ambiente. La capacidad eólica e hídrica del sur argentino es incuestionable, pero el gobierno nacional está encaprichado con que quiere energía usando carbón” manifestó el representante de Greenpeace. Para el vocero de la organización sin fines de lucro, la comunidad de Río Turbio aprueba la construcción de la central por el fantasma del desempleo que amenaza a la provincia. “La sociedad de Río está entre la espada y la pared y falta la visión en la dirigencia política”, explicó. "Hay un acto demagógico de querer volver a la explotación minera en un contexto tecnológico y económico distinto. Es un anacronismo", concluyó. PROYECTO DE LEY POR LOS GLACIARES. En Buenos Aires, la comisión de Ambiente y Desarrollo Sustentable del Senado emitió este miércoles un dictamen de mayoría para tratar un proyecto de protección de glaciares. El proyecto, que paradójicamente tiene como autor al senador oficialista Daniel Filmus, indica que todas las actividades proyectadas en los glaciares descubiertos, cubiertos y de escombros que no se encuentran prohibidas estarán sujetas a un procedimiento de evaluación de impacto ambiental.La construcción de la central española no estaría contemplada en este apartado ya que su desarrollo no es sobre los glaciares, aunque sí impactaría en ellos. “Nos consultaron sobre este proyecto y respondimos con observaciones negativas sobre ciertos aspectos”, explicó Juan Carlos Villalonga. Si bien aclaró no conocer profundamente las variaciones que se le hicieron al proyecto original vetado por la presidente Cristina Kirchner en 2008 , aclaró que en el primer intento de ley las ONGs disentían con varios artículos.

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