jueves, 27 de noviembre de 2008

La crisis es para todos
(Por Jorge Martínez, director de adlatina.com) - El año 2008 entra en su ocaso, tal vez, en la peor de las penumbras si lo miramos desde una perspectiva económica y financiera. Las empresas prevén un tiempo lleno de prudencia en todos sus movimientos y eso incluirá sus comunicaciones, algo que sin duda afectará a la industria publicitaria. La pregunta que todos se hacen es ¿hasta dónde y hasta cuándo?
·
No intenta ser un mensaje optimista este artículo editorial. Simplemente y sin datos duros, una expresión de deseos. Latinoamérica se vio siempre, casi cíclicamente, azotada por los intempestivos cambios económicos, ideológicos y anímicos, al igual que todos los continentes con países emergentes.
Se puede decir que por suerte en esta región, salvo algunas excepciones, el armamentismo y la beligerancia nos han dado una tregua.
Los males mayores siguen siendo los altos índices de pobreza, el retroceso en el nivel educativo y las precarias condiciones para un margen muy alto de la población de acceso a aceptables sistemas de salud.
Nada nuevo. Los habitantes del suelo latinoamericano tenemos una profunda experiencia para adaptarnos, el ingenio y la repentización para sobrevivir.
Los especialistas auguran un primer semestre de 2009 con fuertes rasgos negativos en lo económico. La crisis financiera mundial hace tambalear todos los mercados y el coletazo llegará a la región.
Sobre el filo de 2008, cuando prácticamente el año “está jugado”, se asegura que las empresas entraron en un período de emergencia con una gran contracción de la actividad, y pasos muy prudentes en los gastos. El impactante anuncio del Citigroup (dará de baja 50 mil puestos laborales durante 2009 en el mundo) puede ser sólo el comienzo de algo más gordo a escala mundial.

¿Adiós al consumo de la posmodernidad?
Muchos aseguran que con la drástica caída de la política de créditos en Estados Unidos, inicialmente se frenó la expansión inmobiliaria y que el segundo embate fue al bolsillo de la gente y al corazón del comercio en ese país. Por eso se asegura que el futuro vendrá con cambios en los hábitos de consumo. Ya nadie comprará sin dinero productos sofisticados y que no se encuentren en la góndola de los básicos.
El problema del endeudamiento personal es un karma que a nadie le gusta sufrir. Entonces, la pregunta que flota en el ambiente es: ¿afectará al negocio publicitario esta crisis que tiene comienzo y no se sabe dónde termina, sobre todo por los potenciados efectos de la globalización? Lógicamente: sí. Lo que nunca se puede predecir es el accionar individual.

Depresión, angustia y movimiento
La crisis para algunos significará depresión, para otros, oportunidad. Caerá el consumo, pero las marcas y los productos no pueden estar por mucho rato en los tiempos actuales sin hablarle a su cliente. Las marcas que en décadas anteriores se construían con esfuerzo y buenos resultados tenían un colchón de aire que, posteriormente, les permitía subsistir en silencio. Hoy es prácticamente imposible. Nadie cederá un solo paso. Nadie se podrá dar el lujo de permitir que le ocupen el nicho vacío.
Por eso, pese a la angustia que genera la incertidumbre, los hombres de empresa, los anunciantes, los publicitarios y los expertos en comunicación se enfrentarán a un problema que se jugará en una cancha distinta, con tiempos distintos y por sobre todo con espectadores que bajarán su nivel de consumo y tendrán mucha más información para decidirse.
La publicidad y la comunicación, al servicio de los productos y empresas, utilizadas con ética, son herramientas indispensables en tiempos de prosperidad y en los momentos de crisis; ahora, con un alto grado de profesionalismo en los cuadros de anunciantes y agencias, es tiempo de que se ocupen en serio de demostrar que invertir no es lo mismo que gastar el dinero.

No hay comentarios:

Publicar un comentario