David LaChapelle diseña una inusual campaña de publicidad para Happy Socks
La aclamada firma de calcetines sueca contrata los excesos febriles del controvertido fotógrafo norteamericano.
Publicado: 16/11/2013
“El arte más valioso es aquel que logra clarificar el tiempo en el que vivimos”, es el lema del siempre polémico David LaChapelle, que, influido por la filosofía de Andy Warhol, consiguió entrar por la puerta grande del arte gracias a su generosidad. Aunque pertenecen a diferentes generaciones, LaChapelle ha mantenido intacto el espíritu kitsch, el estallido de color y la preferencia por la cultura popular que el maestro del arte pop tanto cultivó. Así como la crítica que arroja a los excesos de una sociedad vanidosa. Pese a que su fuerte es la fotografía, su incondicional dedicación a la originalidad es ya leyenda en el mundo de la publicidad, el cine y la moda. Si sus excesos febriles se han dejado sentir en sus trabajos fotográficos y fílmicos, ahora su talento creativo se despliega sin censuras en una inusual campaña publicitaria (gráficos y anuncio de la nueva temporada otoño/invierno) para la afamada marca sueca de calcetines Happy Socks. Con resultados imprevisibles, el artista arremete en este peculiar spot contra las expectativas y normas tradicionales del marketing. Un par de calcetines cobran vida en un delirante sueño comercial.
Artistas de la talla de Terry Richardson han colaborado con la firma escandinava que ha dado carta libre al de Fairfield para la creación de su último cortometraje promocional, 'Exorsocks'. Una pieza de nueve minutos que 'adapta' libremente 'Las zapatillas rojas' de Hans Christian Anderson en versión pop. La cinta arranca con la escena de una prostituta (Katie Johnson) que vive en un motel mugriento acosada por una indecorosa madre (Melody Johnson), que se fuma los cigarros de dos en dos y le grita a su hija “zorra, levántate de la jodida cama”. Cuando la chica se pone sus bonitos calcetines, inicia un baile tan salvaje como mágico imposible de controlar, que la llevará a tomar medidas drásticas y macabras para desprenderse de tan impulsivas calzas. Desde que Viktor Tell y Mikael Soderlindh fundaron Happy Socks en 2008, su máxima ha sido lanzar al mercado “un producto divertido, creativo y que trasmita felicidad”. Además de convertir una prenda semioculta en un objeto de deseo, los fundadores pretenden “dar rienda suelta a la creatividad” de sus publicitarios y elevar un accesorio cotidiano al rango de “elemento artístico”.
Destacando en el retrato de celebrities (entre las que se cuentan a David Bowie, Uma Thurman, Paris Hilton o Marilyn Manson), nunca ha dudado a la hora de revisar a clásicos de la pintura como Miguel Ángel, Leonardo da Vinci o Diego Rivera. A través de composiciones cada vez más bizarras y barrocas, el norteamericano no ha mostrado ningún pudor al trasmutar la iconografía religiosa en otra pornográfica. Este artista multidisciplinar ha jugueteado con el diseño de artes escénicas y portadas de discos, ha volcado su creatividad detrás de la cámara (documentales o videoclips) y su estilo surrealista, grotesco y glamouroso (hilarante a veces) es un exuberante paraíso artificial, donde la sensualidad, los colores saturados y planos abiertos fluyen para marcar una obra extremadamente minuciosa y detallista. “Me encantan las imágenes que van más allá de la realidad, que son más hermosas que los sueños”, asegura un autor que es alabado y criticado a partes iguales. Mientras que sus fotografías, cargadas de erotismo y decadencia, brotan de su imaginación como “una transformación de la fantasía”.
M. J. López
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