viernes, 13 de julio de 2012

Cómo se metió En terapia en los consultorios de los profesionales

Psicólogos hablan con LA NACION sobre la serie de Canal 7 que finaliza su primera temporada esta semana; qué comentan los pacientes en sus sesiones; por qué es tema de análisis en las supervisiones
Por Verónica Dema | LA NACION

Foto: Archivo / La Nacion

Recostada en el diván reconoce que, para ella, su matrimonio sólo tiene vida en el conflicto, que cuando todo está tranquilo el amor se apaga o se muere, que son una pareja potente sólo cuando todo está a punto de venirse abajo, que ese es el motor, dice, no sin tristeza. Entonces, cita a Ana, una paciente de la serie En terapia, que hace unos días confesó ante su terapeuta de la ficción que andaba mal con su marido porque él estaba muy "pegajoso". Después de asegurarse que su psicólogo sigue la serie, remata diciéndole que ella tiene una sensación similar, que lo dulce no es para ella, que lo dulce no le gusta porque engorda.
Esta viñeta clínica, reconstruida a partir de testimonios de varios terapeutas consultados por LA NACION, es un ejemplo de cómo ingresó a los consultorios En terapia, la versión local de la serie israelí Be Tipul (en la que se basa la exitosa producción estadounidense In Treatment ), que termina hoy su primera temporada en la televisión pública.
Psicólogos de diferentes corrientes y con años de trayectoria, reconocen que esta ficción no pasa desapercibida en sus sesiones sino que, en general, sus pacientes la mencionan: comparan situaciones propias con las de los personajes de la ficción y algunos cuestionan o rescatan las intervenciones de Guillermo Montes (Diego Peretti), el analista en la serie. Como correlato, los casos que se presentan a diario en Canal 7 y que retoman los pacientes son motivo de intercambio en las sesiones de supervisión entre terapeutas.
El psicoanalista Alejandro Daumas, miembro de la Asociación Mundial de Psicoanálisis (AMP) y de la Escuela de Orientación Lacaniana (EOL), comenta a LA NACION que muchos de sus pacientes mencionan en su espacio terapéutico esta obra de ficción. En general, la citan a partir de alguna vivencia personal que les recuerda lo que vieron en televisión y establecen comparaciones. Sin embargo, advierte que enseguida lo ponen en el contexto en que corresponde: "Lo mencionan como una buena ficción, algo que es interesante de ver, pero notan que son recortes que no muestran del todo la atmósfera propia que sienten las personas que se analizan".

Foto: Archivo / La Nacion

Daumas, con más de 25 años de experiencia, se explaya: "Los pacientes que se psicoanalizan saben que lo que sostiene a los tratamientos es la transferencia, es decir, esa atmósfera propia que se genera, ese cuerpo a cuerpo que determina el efecto que tiene la palabra del terapeuta en el paciente". De allí que lo que diga el psicoanalista que encarna Peretti sea sólo tomado como un aporte a esa historia que se presenta en la ficción, pero difícilmente modifique la relación del paciente con su terapeuta en la vida real.
El psicoanalista Diego Samara, que por su orientación freudiana insta a sus pacientes a la asociación libre, acuerda con su colega al señalar que entre sus pacientes aparecen referencias a la serie En terapia cuando hablan sobre sus vidas. "Lo mencionan como de pasada en medio de sus relatos. Por ejemplo, tengo una paciente a la que le gusta la pareja, le encanta, se identifica con algunas situaciones que se discuten en la ficción y habla, más que nada, de las diferencias de clases sociales que ahí aparecen", cuenta el profesional.
En ocasiones, en medio del relato, alguno dice: "Esto parece En terapia y se ríe. A veces me preguntan si veo la serie, que qué me parece, pero siguen hablando de sus vidas personales".
La psicóloga Graciela Balestra reconoce que ve la serie y que le resulta interesante. No le sorprende cuando algún paciente, en medio de su hora de terapia, trae a colación algún episodio de la ficción que sigue a diario. "Lo que noté es que hay varias menciones a la intervención del terapeuta. En general me comentan que no les gusta el modo en que trata a los pacientes, como que les da poca protección ante el sufrimiento", señala. Se refiere a los modos en que se relacionan Guillermo y sus analizados, que suelen llegar o irse sin saludar, que arrojan objetos al suelo, que casi se van a las manos, entre otras situaciones agresivas.

Foto: Archivo / La Nacion

Balestra comenta que, en este punto, está de acuerdo con la percepción que le llevan a su consultorio: "Analizarse es, en sí mismo, un acto movilizador. Hay que darle protección a los pacientes, preguntar más que aportar definiciones contundentes que hieran y, además, es fundamental cerrar las cuestiones que se problematizan en la sesión porque, de lo contrario, el paciente se va muy angustiado y uno no sabe qué puede llegar a hacer".
La demanda de rating de la televisión le exige al director de la serie, Alejandro Maci, generar capítulos intensos, media hora de conversación de alto impacto que, en ocasiones, es visto por los especialistas consultados con un plus de espectacularidad. Esto funciona: para la medición de audiencia que tiene Canal 7, el programa es exitoso, con 2 puntos de rating o más y con muy buenas críticas. "Lo sensacional, la exageración de la televisión genera buenas mediciones de audiencia, pero a veces eso complica los casos; sobre todo veo algunas cuestiones distorsionadas en el rol del terapeuta", expresa Samara.

El alivio de hablar

La serie tiene más puntos a favor que en contra. Según observan, uno de los grandes aciertos de la serie es que se ocupa de historias humanas, de traumas universales que -en palabras de Balestra- "generan sufrimientos más allá de las culturas y las épocas". Conversar sobre estas cuestiones, ponerlas a discutir en la pantalla de un medio expansivo como la televisión, despierta inexorablemente emociones puertas adentro de los hogares.
Daumas también celebra la posibilidad del encuentro en la oralidad. "La serie ayuda en la medida en que es posibilitadora de la palabra y eso alivia el sufrimiento. Hablar, sostenemos los terapeutas, ayuda a aliviar lo ya vivido", considera. El psicoanálisis comenzó denominándose así: la práctica de palabra, la cura por la palabra.
"Si algo nos caracteriza a los humanos del resto de los animales es que hablamos, nos sostenemos en discursos. Cuando nos extraviamos, el discurso nos puede reorientar porque encontrar las palabras de lo que no pudo ser pensado, abrir la posibilidad de decir, nombrar un trauma es empezar a curarlo", explica.
Parafraseando al filósofo Ludwing Wittgenstein, lo que no puede decirse tampoco puede pensarse. En ese sentido, las palabras son punto de apoyo del pensamiento.

Foto: Archivo / La Nacion

Daumas rescata, también, una innovación en la serie: "Quizá lo más interesante del programa sea que durante años todas las relaciones de poder se ficcionalizaron pero se las veía externamente; ahora, en este caso, también se accede a la intimidad".
En este punto, Samara realiza un aporte: "La serie es valiente porque en esa relación de poder no se muestra a un psicólogo héroe, sino antihéroe. Norma Aleandro, su propia analista, se lo marca". Según el psicoanalista consultado, es positivo y verosímil mostrar a un terapeuta que duda, que también tiene problemas y angustias y a veces eso interfiere en las sesiones. Para Samara, Guillermo Montes, el personaje de Peretti, interviene bien cuando interroga más que cuando él mismo impone sus señalamientos. "Siempre es preferible que el paciente hable, que él lo diga, que responda sus propias preguntas", explica.
Una escena clave para graficar esto se dio cuando Martín (protagonizado por Leonardo Sbaraglia), esposo de Ana (Dolores Fonzi), interpela al psicólogo: ¿Tenemos que abortar o no?. "Me parece grave cuando lo ponen entre la espada y la pared. Y el terapeuta responde 'sí'. Luego trató de arreglarla, de decirle que no había una respuesta, pero algo había sido dicho y hay que hacerse cargo de la palabra", enfatiza Samara.


También estas consideradas "malas intervenciones" son analizadas entre terapeutas en instancias de supervisión de casos, una práctica típica de aprendizaje en esta profesión.
Graciela Balestra, que coordina un espacio de supervisión en Puerta Abierta, comenta que entre colegas se debate, se discute sobre los casos de la serie, las intervenciones del terapeuta. "Uno aprende mucho de los errores y es importante estar advertido de los obstáculos que pueden presentarse", dice. Relevan modos de intervenir y los toman como experiencia para arribar a conclusiones.
Esta serie que tuvo tanto impacto en el ambiente psicoanalítico llega a su fin. La tira original en la que está inspirada va por la tercera temporada. En la Argentina, sus seguidores -la página en Facebook tiene más de 30.500 fans interactuando-, esperan el anuncio de nuevas temporadas..

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