lunes, 4 de agosto de 2008

campaña española


UN PROBLEMA QUE CRECE EN LA ARGENTINA, SEGUN ESTUDIOS LOCALES Y REGIONALES
Más de la mitad de las veces los antibióticos no son necesarios
Su uso incorrecto, especialmente en afecciones respiratorias, hace temer que se produzca una resistencia bacteriana y que en ciertas cepas haya que utilizar drogas cada vez más fuertes. Los más perjudicados actualmente son los niños.
Por: Georgina Elustondo
Sin tu ayuda, los antibióticos pueden dejar de curar". La frase, impresa en rojo en afiches que empapelaron las calles de España cuando el invierno empezó a ensañarse con la salud de sus ciudadanos, sonó a "cuco" de la abuela, a amenaza zonza en labios adultos con ganas de disciplinar. Pero no: el más firme respaldo del Ministerio de Sanidad figuraba al pie de esa demanda de toma de conciencia orientada a la comunidad. En Argentina, y en tiempos de frío, poco se ha dicho respecto al uso inadecuado de estos fármacos en los ámbitos oficiales y científicos, pero el tema preocupa. Y mucho: según surge de estudios locales y regionales, en nuestro país más de la mitad de las tomas de antibióticos son incorrectas o innecesarias. Es más: en mayo, junio, julio y agosto, cuando la gripe y el resfrío copan y estresan la demanda médica, el porcentaje trepa a siete de cada diez. ¿Los más afectados? Los niños, increíblemente."Los estudios realizados en el país señalan que el mal uso de antibióticos (ATB) en Argentina se ubica entre un 45 y un 70%. Esto significa que entre la mitad y los dos tercios de los ATB son mal utilizados", afirma el infectólogo Gabriel Levy Hara, miembro de la Sociedad Argentina de Infectología y de la Comisión de Uso Apropiado de Medicamentos del Ministerio de Salud de la Nación.Por lejos, el mayor porcentaje de usos incorrectos se da en los cuadros respiratorios, "cuyo origen es casi siempre viral", enfatiza el especialista. "Más del 85% de las infecciones respiratorias altas (anginas, otitis, resfríos y gripes, tan comunes en invierno) son de origen viral, y su evolución no se modifica en absoluto con el uso de ATB: estos fármacos sólo atacan a las bacterias. Sin embargo, los estudios coinciden en que entre un 50 y un 75% de las consultas médicas por estos cuadros estacionales terminan con la prescripción de un ATB", explica. Como las principales víctimas de los cuadros respiratorios son los niños, son ellos también los que más consumen ATB sin necesitarlos. "Casi todos los estudios revelan que se usan más ATB en niños que en adultos. Es más: cerca del 30% del total se utiliza en menores de 10 años. La principal causa del problema sería la presión de las madres para que les prescriban ATB a sus hijos", dice Levy Hara.La doctora Miriam Bruno, del Comité de Infectología de la Sociedad Argentina de Pediatría, lo confirma. "Cuando un médico se encuentra con un niño con fiebre y catarro y tiene dudas sobre el compromiso respiratorio, muchas veces receta un ATB, cuando en ocho de cada diez casos no suele ser necesario. La insistencia de los padres para que mediquen al niño es fuerte", coincide. "El problema es que si un niño toma ATB inncesariamente el germen empieza a generar resistencia y uno se ve obligado a usar drogas cada vez más fuertes y con más efectos adversos. Debemos recurrir a los intramusculares y a veces hasta nos vemos obligados a internar", comenta Bruno.El mal uso de ATB tiene tres orígenes: la automedicación, la mala prescripción médica y el consejo "desafortunado" del farmacéutico. La automedicación de ATB en nuestros países oscila entre un 25 y un 40%, una conducta vinculada en general al consejo de terceros, a experiencias previas de cada persona y, en cierta medida, a la dificultad para acceder a la atención médica en forma oportuna. Pero, en la mayoría de los casos, el uso indebido de ATB obedece a un error médico: "Operan varios factores --dice Levy Hara--: el bajo nivel de formación del profesional, la escasa capacitación de posgrado, el poco tiempo entre consultas (es más fácil prescribir un ATB que explicar medidas de cuidado no farmacológicas, como reposo, antitérmicos y nebulizaciones), la presión de los padres para que medique al chico, las relaciones con la industria farmacéutica, que también inciden por el tipo de información que recibe el profesional, más sesgada, y el temor a las consecuencias legales, un problema que se repite cada vez con mayor frecuencia".También la doctora Bruno subraya la influencia del temor creciente a problemas legales ante eventuales acusaciones de mala praxis. "El tema de los juicios multiplica esta conducta de prescripción 'por las dudas'. A veces el médico receta un ATB de manera preventiva, por si el paciente evoluciona hacia un cuadro que lo requiera, y eso no debería ocurrir. Muchas efaecciones respiratorias se curan solas".En el Ministerio de Salud confirman que "el uso indebido de ATB es una tendencia creciente en todo el mundo. "Argentina no es excepción. Es un problema difícil de atacar porque operan cuestiones culturales muy fuertes", dice Gonzalo Meschengieser, del Programa Remediar, especialista en el uso racional de medicamentos."Esto tiene dos consecuencias graves: primero, la resistencia bacteriana. Hay cepas que ya no tienen tratamiento y eso obliga a usar fármacos más fuertes", dice. El segundo punto es el costo. "Es más caro para la comunidad, para el sistema de seguridad social y para el Estado --sostiene--. En invierno hemos detectado hasta un 80% de uso indebido de ATB en infecciones respiratorias altas. Y son los médicos los que los recetan".
Matar una mosca con tiro de cañón
Eduardo San Pedro
Con el descubrimiento de los antibióticos, una historia que comenzó en 1928 cuando el británico Alexander Fleming estudiaba la gripe y descubrió por accidente la penicilina, se creyó que se había dado un golpe mortal a las enfermedades infecciosas. Hacia los años setenta del siglo pasado podía hablarse de una victoria prácticamente definitiva frente a las infecciones por microorganismos (todavía no había aparecido el sida). Ahora, cuando cualquiera puede comprar sin receta antibióticos en la farmacia y automedicarse, surge el interrogante: ¿el uso excesivo no llevará a que pierdan su eficacia y haya que recurrir a drogas cada vez más fuertes? Hay cepas, se sabe, que ya no tienen tratamiento. Pero se siguen administrando antibióticos --y en esto tienen responsabilidad también los médicos-- con la desmesura de quien trata de matar a una mosca con un un disparo de cañón.
Muy mal prescriptos
El infectólogo Gabriel Levy Hara alumbra otro costado del problema de la prescripción errónea de antibióticos por parte de los médicos: "En algunos países de Latinoamérica observamos que, llamativamente, cuando se usan ATB autoprescriptos la duración del tratamiento es más corta y adecuada", señala. "Es decir: los médicos no sólo prescriben ATB en forma exagerada, sino que también lo hacen durante un plazo innecesariamente prolongado", sorprende.Los ATB que más uso inadecuado arrojan son los más comunes: amoxicilina, amoxicilina-clavulánico, los macrólidos (claritromicina y azitromicina) y las quinolonas (norfloxacina y ciprofloxacina). En general, estos fármacos tienen más de un 50% de uso inadecuado, según Levy Hara. Y suma un dato que obliga a reflexionar: los países europeos más fríos, como los escandinavos, Gran Bretaña y Holanda, entre otros, no sólo consumen menos ATB sino que tienen una menor brecha entre invierno y verano. "Esto confirma que el buen uso, el buen control y sobre todo las actividades permanentes de capacitación inciden fuertemente en la no utilización de ATB en cuadros respiratorios invernales", enfatiza el infectólogo.
¿Nuevos virus incurables?
La consecuencia más grave del uso indebido de antibióticos es el aumento de la resistencia de los gérmenes: "Bichitos que eran más buenos que Lassie hoy son pequeños monstruitos difíciles de tratar. Es un problema que crece en Argentina y en la mayoría de países que no han tomado cartas seriamente en el asunto", explica el infectólogo Gabriel Levy Hara. "El aumento de resistencia hace que para tratar efectivamente las infecciones bacterianas (que sí requieren ATB) debamos recurrir a drogas mucho más caras y de nuevas generaciones", dice. "En definitiva, todo esto termina impactando en la morbilidad y la mortalidad de los pacientes, ya que al final de la escala están las infecciones bacterianas multirresistentes, que han empezado a medida que se difundió el mal uso de los ATB". La Organización Mundial de la Salud ha advertido sobre el tema: "Surgirán nuevos virus incurables", alertó. El uso indebido de ATB también produce un aumento de los efectos adversos, como diarrea, dolor de estómago y alergias.

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